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[Josep Piqué. El mundo que nos viene. Retos, desafíos y expectativas del s. XXI: ¿un mundo post-occidental con valores occidentales? Deusto. Barcelona, 2018. 254 págs.]

24 de enero, 2019

RESEÑAIgnacio Yárnoz

El mundo que nos viene. Retos, desafíos y expectativas del s. XXI: ¿un mundo post-occidental con valores occidentales?

Puede que Europa pierda peso económico relativo o, lo que es peor, peso demográfico y competitividad, poniendo en riesgo la sostenibilidad de su estado de bienestar. Puede que sea cada vez menos relevante en el escenario geopolítico global y alejarse del nuevo centro de gravedad del planeta. Sin embargo, sigue siendo un polo indiscutible de atracción para el resto de la humanidad debido a su paz, democracia, libertad, igualdad de género y oportunidades, tolerancia y respeto. Esto es lo que el autor Josep Piqué nos desea transmitir en El mundo que nos viene. Estamos hablando de un economista, empresario y dirigente político –titular de varios ministerios, entre ellos el de Asuntos Exteriores, durante el Gobierno de José María Aznar–, que ha vivido de primera mano la transición de un mundo eurocéntrico hacia un otro que mira más a una pujante Asia.

La obra resulta ser un buen análisis geopolítico del mundo, en el que se destaca una Unión Europea fragmentada, una China muy pujante, una Rusia nostálgica de su pasado imperial, un Oriente Medio dividido en guerras entre bandos irreconciliables y un mundo anglosajón replegado en sí mismo. Divido en diferentes capítulos dependiendo del área geográfica, el libro analiza en profundidad todos y cada uno de los temas.

En primer lugar, el autor recalca la situación que el mundo anglosajón vive, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, países que han renunciado a su hegemonía mundial en aras de un repliegue en sí mismos. En el caso de Reino Unido hablamos del divorcio con la Unión Europea y en el caso de los Estados Unidos hablamos de las políticas del presidente Donald Trump, como el abandono del TPP (Trans Pacific Partnership) con Japón, Chile, Canadá, Australia, Brunei, Nueva Zelanda, México, Perú, Malasia, Vietnam y Singapur. Paradójicamente, frente a la actitud de esos dos actores se registra el auge como potencia de una China que ya no disimula en sus acciones, que ya no quiere ser aquella potencia silenciosa que formulaba Deng Xiaoping.

Rusia y sus acciones en el exterior también son objeto de análisis desde distintas perspectivas, pero principalmente teniendo en cuenta la obsesión rusa con su seguridad. Como argumenta el autor, se trata de un Estado muy sensible con sus fronteras que procura tener los polos enemigos lo más alejados posible, lo que implica una política de influencia en los Estados colindantes con su frontera. Esto explica sus reacciones ante el cambio de bando de los países de Europa del este y su gradual incorporación a la Unión Europea o la OTAN. Tampoco podemos olvidar el tema del gas, las implicaciones del deshielo del Ártico, los yacimientos de petróleo en el mar Caspio u otros asuntos que el autor repasa.

Si observamos el panorama en Oriente Medio, la situación no parece llegar a una paz duradera. Ni en el panorama del conflicto palestino-israelí, ni en las diferentes guerras proxy entre Irán y Arabia Saudí, sin olvidar el fracaso de las diferentes primaveras árabes. Esta situación lleva al autor a analizar en perspectiva histórica cómo ha sucedido todo ello. Por otro lado, analiza la complejidad de los diferentes intereses cruzados entre Turquía, Siria, Rusia, Arabia Saudí e Irán que completan el tablero que representa Oriente Medio.

Por último, no debemos olvidar el capítulo que Josep Piqué reserva para su tesis principal formulada al principio de este artículo: el futuro de la Unión Europea. Como él mismo indica, Europa representa la síntesis neo occidental en un mundo post-occidental. Sin embargo, debe darse cuenta de este potencial y beneficiarse de ello. Como argumenta Piqué, el atractivo de la Unión Europea tanto como proyecto integrador como por los valores liberales y democráticos que representa debe de ser una carta que la UE debe jugar más a su favor. Sin embargo, también se enfrenta a retos como el auge del nacionalismo y del antieuropeísmo, la injerencia rusa en asuntos internos o la falta de credibilidad de las instituciones europeas. Todo ello en el marco de la fuerte recesión económica de 2007 que también analiza el autor como buen economista de carrera. Por último, no debemos olvidar unas notas finales dedicadas a las implicaciones de las nuevas tecnologías, a Latinoamérica y a las oportunidades que tiene España.

Todo ello en su conjunto representa un completo viaje por el mundo de la geoestrategia –en el repaso de las regiones del planeta únicamente se echa en falta una mención a África–, en el que se detallan todas las claves que una persona con interés en las relaciones internacionales debe de tener en cuenta a la hora de analizar la actualidad.

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