"La familia es el principal eje de los cuidados de las personas mayores en España y depende todavía del trabajo gratuito de las mujeres"

"La familia es el principal eje de los cuidados de las personas mayores en España y depende todavía del trabajo gratuito de las mujeres”. Así se ha expresado Nuria Esandi, vicedecana de Investigación y Posgrado de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra, durante su conferencia ‘Cuidar la salud familiar: una vida sana y un futuro sostenible para la familia cuidadora’. Durante la sesión, organizada por la Cátedra IDEA de ‘Nuevas longevidades’ de la Universidad, ha analizado la realidad del cuidado de las personas mayores en España y los retos y oportunidades que implican para la familia que cuida.

Según el Instituto Nacional de Estadística, a enero de 2024 España contaba con 9,9 millones de personas mayores, el 20% de su población. Aunque el envejecimiento no implica necesariamente enfermedad, la experta ha señalado que sí conlleva una mayor vulnerabilidad y prevalencia de enfermedades, lo que aumenta la probabilidad de dependencia. Una encuesta del Observatorio de la Realidad Social de Navarra ha mostrado que el 73% de los navarros mayores de 65 años pedirían ayuda a su familia en caso de perder autonomía. A nivel nacional, se ha comprobado que el 69,8% de las personas dependientes son cuidadas por sus familias, sin apoyos externos.

Con estos datos, se constata que, en España, hay una tradición muy arraigada de cuidado familiar. Esandi ha apuntado que, a esta estructura, se une el rol de género: “Quienes cuidan son principalmente las mujeres, el 27% de los cuidadores son hijas”. Ha añadido que ese rol familiar y de género ha afectado a su visibilidad. “Las mujeres asumen de manera desproporcionada e invisible la responsabilidad de cuidar”, ha lamentado.

Impacto del cuidado

Asimismo, la experta ha alertado sobre la falta de apoyo y servicios a las familias cuidadoras. Al diseñar políticas y servicios de apoyo, no se ha considerado a la familia, sus necesidades ni, en especial, la cultura de cuidado familiar. “La ayuda llega fundamentalmente cuando la familia está sobrecargada”, ha afirmado.

Según varios estudios, la familia que cuida está más expuesta a experimentar tensiones en su salud física (agotamiento, reactividad cardiovascular…) y mental (ansiedad o depresión), en sus relaciones familiares e interpersonales (aislamiento) y en la estabilidad económica (más gastos y menos ingresos por reducir o abandonar la dedicación laboral). La investigadora ha añadido que, cuando el cuidado se comparte y se mantiene una comunicación abierta, se fomenta un entorno más sostenible.  Sin embargo, ha destacado que el cuidado también tiene una dimensión positiva y gratificante, relacionada con el compromiso, el crecimiento personal y familiar, el apego y la solidaridad.

“Para implementar intervenciones y políticas de apoyo eficaces se necesita una visión más amplia que tenga en cuenta no solo al cuidador principal sino a toda la dinámica familiar”, ha asegurado. Entre otras medidas, Esandi ha apostado por que los profesionales de la salud ofrezcan una atención profesional con un enfoque más integrador. “Las familias enfrentan continuamente pequeños momentos de sufrimiento y duda a diario, para entenderles, hay que prestar atención a lo cotidiano con empatía”, ha indicado. De este modo, ha afirmado que la enfermera se convierte en una facilitadora del bienestar físico emocional y relacional de la familia.

La cátedra IDEA de ‘Nuevas longevidades’ es una iniciativa impulsada por el Instituto Cultura y Sociedad, centro de investigación en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad, e IDEA, empresa especializada en la promoción y gestión de centros y servicios sociosanitarios, con el objetivo de dar respuesta a retos destacados del envejecimiento demográfico.