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"Ser la directora de la Cátedra es un reto y una ilusión"

Entrevista con María del Mar Larraza sobre el pasado, presente y futuro de la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca


26/11/13 14:15 Miguel Ángel Echávarri

Durante el mes de noviembre la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca está de aniversario, y es que no todos los días se cumplen 50 años. La situación en la que se encuentra podría definirse como "relanzamiento" o al menos así la define su directora, María del Mar Larraza. "Con la idea de llegar a todas partes con tranquilidad, sencillez y normalidad – afirma Larraza- la Cátedra busca conectar en cada momento con intereses culturales distintos que atraigan a alumnos y profesores, pero también quiere abrirse a la ciudad".

"Ser la directora de la Cátedra es un reto y una ilusión", afirma María del Mar. Un reto porque supone ser fiel a un legado y mantener vivo un espíritu; una ilusión porque es algo en lo que ella cree. Se encontró con la Cátedra cuando era una doctoranda; años después hace balance, esta vez, como directora.

¿Qué significa para la Universidad de Navarra tener una Cátedra de Lengua y Cultura Vasca?

Para la Universidad es un privilegio poder tener una Cátedra que, no olvidemos, fue firmada por San Josemaría. Además, no sé si es una necesidad, pero entiendo que permite a la Universidad difundir y promocionar una parte de la cultura de la sociedad en la que tiene sus raíces, lo cual es muy positivo.

¿Cómo ha evolucionado en sus 50 años de vida?

La Cátedra ha tenido muchos momentos. Uno estelar fue el inicio, cuando la dirigió el padre José Miguel de Barandiarán, que fue quien puso en marcha toda la investigación etnográfica y etnológica. Fueron años muy importantes. En los ochenta, con la filóloga vasca Ana Echaide, entramos en una etapa diferente. Como directora empezó a proponer asignaturas en euskera como optativas para los alumnos de filología y a organizar cursos, al mismo tiempo que seguía la investigación etnográfica a manos de Mª Amor Beguiristain. Un momento muy importante después de los inicios fueron los años noventa, cuando cambio el plan de estudios y aparecieron las asignaturas optativas. Fue entonces cuando se crearon títulos propios como el Diploma de Estudios Vascos. Además, fue posible que alumnos de todas las carreras pudieran coger las asignaturas que se ofertaban desde la Cátedra o a través del Diploma lo que permitió que la presencia de lo vasco en la Universidad fuera significativa.

También habrá habido situaciones complicadas…

Quizá el momento más difícil haya venido con los nuevos planes de Bolonia; ha disminuido mucho la posibilidad de elegir, ya no es posible la transversalidad entre facultades. Se potencia mucho más el inglés, la internacionalización, en vez de otro tipo de estudios como los locales. Aun así, la nueva junta de la Cátedra está intentando recuperar parte del legado de la docencia, continuar con la investigación y con todas esas actividades con el apoyo de la Facultad de Filosofía y Letras y de Rectorado.

¿Qué aporta la Cátedra en este momento a la Universidad?

Después de 50 años, el legado de la Cátedra se asienta sobre dos pilares, la docencia y la investigación, a los que queremos seguir siendo fieles. Recogiendo la idea del Diploma de Estudios Vascos que existía en los noventa -y que en nuevo plan de estudios no tiene razón de ser-, queremos dar forma a un itinerario de estudios vascos con asignaturas optativas, de manera que los alumnos que lo cursen puedan obtener hasta un máximo de 24 créditos ECTS. Por otro lado la Cátedra pretende seguir tanto con la investigación etnográfica como, de manera más amplia, en temas de cultura, historia o historia del arte. Y, por último, el objetivo es hacer actividades que lleguen a todos los alumnos de la universidad. Algunas, como por ejemplo el concurso de poesía y relato corto en euskera que organiza el Servicio de Actividades Culturales. Además, nos gustaría que se crease un grupo de teatro en euskera. Es decir, queremos desarrollar actividades fuera del ámbito estrictamente académico.

De cara al futuro, ¿a qué retos se enfrenta la Cátedra de Cultura y Lengua Vasca?

A reeditarse, a mantener e impulsar las líneas que había tenido hasta ahora: la docencia, la investigación y actividades transversales. Pero también queremos hacer algo nuevo y es relacionarnos con la ciudad, que algunas de nuestras actividades sean en la ciudad y en colaboración con otras instituciones. Es algo que ya hemos empezado a hacer este año, organizando en mayo el primer curso de especialización de la Cátedra que se tituló "Paisajes e identidad: artistas contemporáneos en colecciones navarras", que organizamos en colaboración con el Museo de Navarra y con la Fundación Etxauri. Y hubo participantes tanto de la Universidad como de fuera. De la misma manera, en la celebración del 50 aniversario queríamos hacer un ciclo de conferencias para preguntarnos qué es la cultura vasca a través de aquellos que la están haciendo. Y desde luego pensamos que las conferencias tenían que ser abiertas a la ciudad, porque la Universidad, desde su ámbito, tiene que sumarse a ese amplio mundo de instituciones y personas que trabajan por la promoción de la cultura vasca.

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