Ayer conocimos la motivante noticia de que el déficit público se ha reducido en un 11,8%  hasta julio y que en lo que va de año el déficit como porcentaje del PIB es de 2,09%. Las causas principales son cuatro: el aumento de los tipos del IVA en julio de 2010, la eliminación del «cheque bebé», la bajada de sueldos de los empleados públicos y la disminución de las devoluciones de la declaración de la renta correspondiente a 2010 debido a la ligera recuperación económica.

El objetivo de déficit fijado por Bruselas para este año para España es del 6% y baja hasta el 2,1% a finales de 2014. Con respecto al objetivo de este año estamos en el buen camino para satisfacerlo. De las cuatro causas arriba mencionadas la única que varía para lo que resta de año es la correspondiente al IVA para la compra de vivienda nueva, que baja del 8 al 4%. Sin duda esta medida disminuirá los ingresos por impuestos indirectos, ya que el aumento en la compra de vivienda no se espera que sea tan elevado como para compensar la rebaja.

Lo que es una mayor incógnita es si el objetivo se va a seguir cumpliendo en los años siguientes. Y esto va a depender en gran medida de la evolución de la economía (si habrá o no una nueva recesión) y de la reducción del déficit de las comunidades autónomas y ayuntamientos. El cumplimiento del objetivo no tiene por qué ser a costa de una menor capacidad de crecimiento si se mejora la gestión y se evitan duplicidades o triplicidades del gasto para una misma cuestión, a no ser que el sector público adelgace en poco tiempo, lo cual no tiene visos de producirse. Y no tiene menos miga la cuestión de si el cumplimiento de los compromisos va a producirse a costa de un menor número de nacimientos, vía eliminación del «cheque bebé», y con ello una disminución en el número de futuros contribuyentes. Para ello debemos esperar a las cifras de nacimientos del año, que conoceremos a principios de 2012. Y es que las cigüeñas también cotizan a la Seguridad Social.