María Elosegui Itxaso, Miembro del comité científico del I Congreso Internacional de Ideología de Género, Catedrática de Filosofía del Derecho
La corresponsabilidad entre hombres y mujeres
La igualdad necesaria en las distintas Comunidades Autónomas debe partir de la adopción del modelo de corresponsabilidad entre mujeres y hombres defendido por el Derecho comunitario europeo. Para ello un reto imprescindible es afrontar un reparto equilibrado de las tareas domésticas y de cuidado así como del espacio público.
El modelo socialdemócrata de Estado, o el denominado Estado de Bienestar establece una estrecha relación entre Estado, mercado y familia, entre lo privado y lo público. La legislación laboral, las políticas fiscales y la organización de los derechos sociales incide directamente en las elecciones y el modo de organización de vida que realizan los ciudadanos.
Los derechos productivos y reproductivos están estrechamente relacionados y el problema fundamental para la verdadera igualdad entre los sexos será el de la conciliación entre vida personal, familiar y laboral, que incluye todo lo referente a las tareas de cuidado de personas y de auto cuidado, así como la no discriminación de la mujer en el espacio público; trabajo, política y economía.
En esta línea la campaña de Emakunde, Instituto Vasco de la Mujer, llevada a cabo el 8 de marzo de 2010 confirma lo que hemos señalado. Se destaca que existe un desequilibrio en el uso del tiempo por parte de las mujeres y los hombres en el ámbito privado y público, que constituye un importante freno para el avance en la igualdad de las mujeres.
Entre las posibles soluciones se señalan la racionalización de los horarios o reordenación de los tiempos de trabajo, así como la creación y, en su caso, adecuación de servicios socio-comunitarios, que permita disponer de tiempos para cubrir las necesidades de todos los ámbitos de la vida.
Por otra parte, desde Innobasque hemos elaborado un libro verde de valores reflexionando sobre la innovación en valores, entre ellos el de igualdad, que sirva como base de reflexión. En las nuevas generaciones la mayoría de los miembros de la unidad familiar está incorporados al mercado laboral o aspiran a ello. Muchos de los problemas con los que se encuentra la ciudadanía comprendida en las edades entre los 30-45 años tiene relación con las dificultades que encaran las personas jóvenes con responsabilidades familiares para lograr su desarrollo profesional y atender a sus obligaciones familiares, en el momento en que tiene hijos, así como el cuidado de personas dependientes, dado el aumento de la expectativa de vida en la población actual. Las causas que han dado lugar a estas transformaciones sociales son positivas en sus raíces; tanto por el hecho de que se haga justicia a la mujer y ocupe el lugar que le corresponde con una ciudadanía de pleno derecho como por un aumento de la calidad de vida que lleva a que vivamos muchos años.
En mi opinión, la línea de investigación en Educación por una ciudadanía igualitaria e inclusiva debería ir en varias direcciones; por una parte, cabría trabajar e investigar para buscar soluciones y buenas prácticas en las empresas para la conciliación entre vida laboral y familiar. Para ello se requiere cambiar las mentalidades desde la escuela. Los planes de convivencia de los centros escolares deben trabajar positivamente esta materia. También habría que profundizar en la legislación sobre Igualdad efectiva entre mujeres y hombres de la Ley Orgánica 3/2007. En el propio artículo 68 del Código Civil se afirma que los cónyuges deberán compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas dependientes a su cargo.
Pero por otra parte, hacer posible la conciliación no es algo que se pueda resolver sólo desde la autonomía de la voluntad de las partes, de un modo intrafamiliar. Hay aspectos cuya regulación son competencia del Estado, a la vez que otras medidas corresponden a la política empresarial y otras al tercer sector, es decir a la sociedad civil a través de la creación de asociaciones y fundaciones con fines sociales. De estos y otros aspectos he tratado en mi ponencia presentada al congreso, que, sobre igualdad de género, ha organizado esta semana la Universidad de Navarra.