Gerardo Castillo Ceballos,, Profesor emérito de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra
Educar en valores con el deporte
Comentando en su día el fenómeno de la muerte en carretera de tantos jóvenes a lo largo de llamada "ruta del bacalao", el periodista Jaime Capmany puso su dedo acusador sobre quienes les facilitan todo tipo de experiencias precoces del mal:
«¿Qué les hemos dado a estos jóvenes? Excesiva permisividad, malos ejemplos, mala educación, incitaciones perversas (…) Les hemos construido la cultura del pelotazo, las discotecas donde la droga se compra como si fuera regaliz, donde los menores tienen a su alcance el cubata y la bomba de alcohol. Les hemos incitado al sexo sin amor, sin fruto y sin compromiso de fidelidad mutua. Hemos hecho una juventud de pasotas (…) Y ahora se nos matan en la carretera antes de cumplir los veinte años. ¿Qué esperábamos?» (Capmany, J.: Diario ABC, 11-XII-1993)
Esas palabras nos sugieren que no sería del todo justo criticar el comportamiento de los jóvenes que transitan por "la ruta del bacalao". Su falta de valores es, en gran parte, resultado de las carencias educativas que han padecido.
El abuso del alcohol, se suele prevenir y/o reducir inscribiéndose en un equipo de deporte educativo. Es el que se desarrolla en las escuelas buscando la mejora personal mediante la creación de hábitos que son crecimiento en valores. Algunos ejemplos:
• Valores sociales: respeto al adversario y a las reglas de juego, cooperación, amistad, solidaridad, compañerismo.
•Valores personales: creatividad, autodisciplina, autoexpresión, sacrificio, perseverancia.
El deporte formativo es diferente del deporte competitivo o de rendimiento que se desarrolla en tiempo extraescolar; la prioridad de este último no suele ser la formación de la persona, sino los resultados en sí mismos. ¿Significa esto que debamos desestimar la dimensión competitiva del deporte? No, siempre que la competitividad no anule el juego limpio; hay que huir del modelo deportivo dominante, que ha privilegiado la técnica, la fuerza física, y la eficacia de los movimientos sobre los valores sociales y éticos.
Veamos dos casos reales de deportistas de rendimiento con valores que son modelos a imitar:
El campeón mundial de moto GP, Jorge Lorenzo, ha propuesto 20 claves para ser el número 1 (Sorprende que no mencione habilidades ni cualidades técnicas; solo valores humanos)
He seleccionado las siete siguientes:
1- Un número uno tiene que ser valiente, pues sin coraje no es posible ver las oportunidades que la dura competición a veces ofrece.
2- Un número uno tiene que ser persistente, pues siempre se encuentran dificultades que superar, cada año, en cada carrera.
3- Un número uno tiene que tener la mirada del tigre, pues cuando un deportista pierde el hambre que le llevó a la cima, está acabado.
4- Un número uno sabe aceptar la derrota y aprender de ella. Se aprende más de las derrotas que de las victorias.
5- Un número uno es paciente. Después de la tormenta, siempre llega la calma.
6- Un número uno debe ser un señor. Reconocer cuando el rival ha sido superior y le ha ganado.
7-.Un número uno debe ser agradecido, pues sólo con el apoyo de sus patrocinadores, equipo, familia y amigos ha conseguido llegar a ser el mejor.
El segundo caso es el de otro número uno, el tenista Rafa Nadal.
Toni, su entrenador, dice que lo que le ha distanciado siempre de los demás tenistas es su fuerza de voluntad, su coraje y su espíritu de superación. Esa es la cosecha de la semilla que en su día sembraron sus abuelos, sus padres y su entrenador: le ayudaron a forjar su personalidad, inculcándole sobre todo, la virtud de la humildad. Cada vez que juega o entrena Rafa carga con su equipaje y deja el vestuario tan ordenado como lo encontró.
Aquí se ve como la sola práctica no garantiza el desarrollo de valores. Se necesita, además, orientación educativa.
En las actuales escuelas españolas ¿se practica el deporte formativo? Hay de todo, pero existen aspectos mejorables bastante comunes:
-En la programación de Educación Física los objetivos suelen reducirse a resultados a conseguir, y la evaluación se limita a la aplicación de un test de rendimiento físico.
-Se valora más saber competir y ganar que tener actitudes positivas, como por ejemplo, el esfuerzo, la reciedumbre, la disciplina, y el compañerismo.
-Se da prioridad en la atención a los alumnos más capaces, a los que juegan mejor, relegando a los menos capaces.
-Se insiste poco en el fair play (juego limpio): saber ganar y saber perder, jugar sin trampas y con respeto a las reglas, al árbitro y a los adversarios.
Una conclusión: "Lo más importante del deporte no es ganar sino participar, porque lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo" (Pierre de Coubertin).