Carlos Manuel Panizo Santos, , Médico especialista en Hematología de la Clínica Universidad de Navarra
Un cambio radical en el tratamiento
Los linfomas son un grupo de enfermedades cuyo denominador común es el crecimiento tumoral de alguna de las células que constituye el sistema inmune. Es tal la heterogeneidad de estas enfermedades en su diagnóstico, comportamiento clínico y pronóstico que su clasificación incluye más de 50 entidades diferentes. Así se entiende que para realizar un adecuado manejo clínico sea preciso contar con equipos multidisciplinares y cualificados que aglutinen los conocimientos de patólogos, radiólogos, cirujanos, especialistas en medicina nuclear y hematólogos.
Al contrario de otros tumores en los que estamos asistiendo a una regresión en su incidencia gracias a las campañas de prevención de la exposición solar y del tabaquismo, en los linfomas sucede lo contrario. El desconocimiento de las causas de su aparición imposibilitan campañas de prevención. A pesar de ello, hoy en día y con el tratamiento adecuado, muchos linfomas se curan. El motivo de este éxito hay que buscarlo en los avances de la quimio y radioterapia, pero sobre todo en el cambio radical que ha supuesto la inmunoterapia en este ámbito. El sistema inmune enfermo es el enemigo a batir pero el propio sistema inmune sano es utilizado para producir nuevos medicamentos o estrategias terapéuticas frente a los linfomas. La inmunoterapia pasiva, mediante la administración de anticuerpos sintetizados en el laboratorio, ya es un tratamiento de rutina para muchos linfomas. y la activa, mediante la administración de vacunas tumorales que inducen una respuesta inmune contra el linfoma, se ha demostrado eficaz. Esta última vía de tratamiento y otras nuevas, que pretenden crear en el laboratorio un ejército de células capaces de dirigirse y controlar el crecimiento del linfoma, son aproximaciones punteras que se están investigando en ensayos clínicos liderados por nuestros especialistas.