Se ha deslizado la idea de que la alarma sobre la economía española es fruto del exceso retórico de la prensa internacional, que hasta hace poco ensalzaba el milagro económico y, ahora, se ensaña con su debilidad. Es un hecho que The Economist y Financial Times acogieron positivamente el primer mandato de Zapatero, en el que la economía siguió mostrando, por inercia, los "rasgos milagrosos" – "de Champions" – que casi nadie ponía en entredicho. Pero tan cierto es que estos dos medios fueron cada vez más críticos con su política económica conforme se acercaba su segundo mandato. En 2008, The Economist habló del "fin de la fiesta" y, desde entonces, no han cesado de resaltar los riesgos de nuestro modelo económico. No parece justo cargar la responsabilidad de la creación de la pasada euforia y de la actual alarma sobre ellos. Más bien habría que buscarla en los políticos que hablan de estar en la Champions o de conjuras internacionales.