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Juncal Cuñado, Profesora de la Facultad de CC. Económicas y Empresariales, Universidad de Navarra

Incertidumbre económica

mié, 17 mar 2010 09:47:00 +0000 Publicado en El Economista (Madrid)

Los datos de las principales variables económicas no dejan lugar a dudas: una tasa de desempleo del 18,8 por ciento (casi el doble de la media de los países de la zona euro), una tasa de crecimiento del PIB negativa en el cuarto trimestre de 2009, un déficit público que se espera que aumente hasta el 9,8 por ciento del PIB (cuando en 2007 el superávit era del 2,3 por ciento), y una deuda pública que en 2012 alcanzará un nivel del 74,3 por ciento indican que las perspectivas de la economía española no son muy positivas.

Sin embargo, hay otra variable que hay que tener en cuenta, y que puede resultar incluso más preocupante: "la incertidumbre" con la que estamos conviviendo, y que se ha demostrado que es una variable que influye en las tasas de inversión y, por tanto, en el crecimiento de los países.

Estamos viviendo un momento en el que hay más dudas que respuestas sobre muchas cuestiones. Por ejemplo, ¿cuándo saldremos de la crisis? ¿Cuándo comenzaremos a ver tasas de crecimiento del PIB positivas? ¿Cuándo empezará a crearse empleo? ¿Qué va a ocurrir con la reforma del mercado laboral? ¿Qué posibilidades tenemos de que nos ocurra lo que a Grecia?, ¿Cómo nos va a afectar la reforma del sistema de pensiones? ¿Seremos capaces de reducir el déficit público y cumplir el Plan de Austeridad? ¿Son creíbles las medidas de política económica del Gobierno?

Y es difícil ser optimistas, cuando instituciones como Standard & Poor's han advertido que España no podrá cumplir el Pacto de Estabilidad en 2013 y que el déficit público español supondrá el 5 por ciento del PIB (por encima del 3 por ciento que se propone el Gobierno en su plan de austeridad). Si ni estas instituciones ni los mercados se creen las políticas del Gobierno, ¿cómo se lo van a creer los empresarios y los trabajadores? Esta falta de confianza en las medidas del Gobierno y el clima de incertidumbre en el que los ciudadanos, empresas y mercados estamos inmersos, no hace más que retrasar o impedir el crecimiento de la economía española.