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Marta Santisteban Eslava, Profesora de la Facultad de Medicina y coordinadora del Área de Cáncer de Mama de la Clínica Universidad de Navarra

Un guiño a la vida

   

sáb, 18 oct 2014 10:30:00 +0000 Publicado en Diario de Navarra

Este domingo les invito a celebrar el Día Internacional contra el Cáncer de Mama. En este entorno social en el que nos encontramos, acechados por la corrupción nauseabunda de personas que deberían ser ejemplares (y no lo son) y por la psicosis generada por el virus ébola, me aferro con ahínco a lo que me inculcaron en mi entorno familiar: a encontrar el lado positivo de las cosas y a ser agradecida.

A fecha actual, el lado positivo ante un diagnóstico de cáncer de mama es que cada vez se curan más mujeres con esta patología. Los tres factores fundamentales que han influido en un aumento de supervivencia del cáncer de mama en estos últimos 25 años han sido la adquisición de unos hábitos de vida saludables, la alta participación en las campañas de diagnóstico precoz (que en nuestra Comunidad Foral se inician precozmente con respecto a otras comunidades autónomas) y la considerable mejora e individualización de las terapias aplicadas.

Los hábitos saludables se fundamentan en una alimentación equilibrada (pocas grasas de origen animal, mucha fibra, frutas y verduras) manteniéndonos en un peso adecuado: la obesidad es un factor de mal pronóstico en esta enfermedad. Esto se tiene que complementar con ejercicio físico al menos 4 días por semana. A saber, que cada una que elija el deporte que más le motive, para que lo practique con frecuencia. Esto lo tenemos que aderezar con felicidad de la buena, de ésa que nos quita estrés y nos libera carcajadas y endorfinas a la par.

La adhesión a las campañas de detección precoz permite el diagnóstico de la enfermedad en fases tempranas, cuando todavía no se ha diseminado a otros órganos, con lo que las posibilidades de curación están prácticamente aseguradas con un tratamiento adecuado y mucho cariño.

Además, con la implementación de los avances moleculares en la enfermedad se han podido diferenciar cuatro tipos de tumores de mama, cada uno de ellos con un comportamiento biológico diferente y una necesidad terapéutica distinta, consiguiendo mejores resultados en supervivencia, y reduciendo la toxicidad asociada, que lleva implícita una mejor calidad de vida. Actualmente no todos los tumores de mama necesitan de quimioterapia. Con las terapias locales (cirugía y radioterapia) siempre complementadas con un tratamiento hormonal antiestrogénico oral mantenido podemos conseguir unos resultados excelentes. Otras veces necesitamos de terapias biológicas específicas asociadas a la quimioterapia, en el caso de que el tumor exprese una proteína agresiva llamada HER2. A mediados de septiembre de este año, acaban de comunicar en el Congreso Europeo de Oncología que la adición de pertuzumab (terapia antiHER2) al tratamiento estándar que se estaba haciendo hasta ahora en pacientes metástaticas con tumores HER2, aumenta la supervivencia en casi año y medio. Brutal. Emocionante. Soberbio. El talón de Aquiles en cáncer de mama sigue siendo el grupo de tumores con subtipo triple negativo, en especial en pacientes con tumores hereditarios asociados a mutaciones genéticas concretas. Y es que con ese nombre, poca cosa buena deben de acarrear. Pero esperen, sonrían, que aquí también hay avances: se está estudiando un nuevo grupo de fármacos, los inhibidores de PARP, con buenas expectativas.

Para acabar, sólo me queda agradecer a estas guerreras por su serenidad, su energía, su constancia y su sentido del humor. El panorama del cáncer de mama ya es esperanzador; no lo enturbiemos con corruptelas u otras frivolidades. Y no se olviden de sonreír.