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Back El Análisis. Un panorama más sombrío

José Luis Álvarez Arce, Director del departamento de Economía, Universidad de Navarra

El Análisis. Un panorama más sombrío

mié, 21 sep 2011 08:53:51 +0000 Publicado en La Razón (Madrid)

¿Ha modificado el FMI su interpretación del estado y las perspectivas de futuro de la economía mundial?
Sin ninguna duda; y lo ha hecho para situarse en una posición más pesimista. Sus nuevas previsiones constituyen una clara revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento que se manejaban apenas medio año atrás. Aunque entonces se advertía de la presencia de riesgos, estos parecen haberse multiplicado en los últimos meses. Las razones son variadas: desde la insuficiente corrección de desequilibrios ya existentes, hasta el agravamiento y contagio de la crisis en los mercados de deuda soberana, pasando por la recaída de una banca aún convaleciente.
 
¿Qué análisis se hace de la coyuntura tan complicada que vive la zona Euro?
Como viene ocurriendo a lo largo de toda la crisis, y según las previsiones del FMI, los países desarrollados son los que de nuevo quedan rezagados en los próximos meses, con una recuperación muy renqueante, frente al dinamismo de las economías emergentes y en vías de desarrollo. En ese sentido, el diagnóstico es especialmente preocupante para la zona euro, cuyo crecimiento apenas si superaría el 1% en 2012. La receta que el Fondo ofrece para hacer frente a la situación es clara, pero incluye un tratamiento difícil de administrar en su dosis exacta. Se pide que se acometa la reconducción de las cuentas públicas con la suficiente rapidez para gozar de credibilidad, pero con la suficiente pausa para no ahogar al enfermo. Sencillo en teoría, complicado en la práctica
 
¿Y qué pasa con España?
El Fondo no es optimista. Prevé un crecimiento del 1,1% en 2012, frente al 2,3% que maneja el gobierno. Asimismo, dibuja un negro panorama en términos de desempleo. Creo que estas malas perspectivas, vistas las recomendaciones generales que el FMI hace para Europa, han de interpretarse como una invitación para acometer reformas estructurales serias. Entre ellas, destacaría la del mercado laboral. No nos va a bastar con la mayor estabilidad presupuestaria ni con la reestructuración financiera. Necesitamos de esas políticas estructurales para animar la demanda y la oferta de una manera compatible con el asentamiento de un modelo de crecimiento sólido y sostenible