De la ‘Realpolitik’ al realismo

De la ‘Realpolitik’ al realismo

RESEÑA

17 | 05 | 2023

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Una historia intelectual crítica de los autores realistas clásicos, con Morgenthau como diana

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Portada del libro de Matthew Specter ‘The Atlantic Realists. Empire and International Thought Between Germany and the United States’ (Stanford: Stanford University Press, 2022) 321 p.

La discusión académica sobre la teoría realista de las relaciones internacionales encuentra aquí un peculiar enfoque. Aunque crítico con esa teoría, según se deduce de la poca simpatía que profesa a sus máximas figuras, Matthew Specter, profesor de historia intelectual europea en Berkley, no dedica su libro a rebatir los postulados realistas (básicamente, que el mundo es una lucha de poder, frente a la teoría idealista que habla de consensos y posibilidades de acuerdos multilaterales), sino a restar pedigrí visionario a sus principales gurús, sobre todo Hans Morgenthau.

La centralidad de las relaciones internacionales en el debate político y social durante la segunda mitad del siglo XX puso en un cierto pedestal a autores que conceptualizaron sobre la confrontación de la Guerra Fría. Algunos de esos realistas ejercitaron la política, como George Kennan o Henry Kissinger, si bien podría decirse que el intelectual paradigmático, por su influencia en el orden de las ideas, fue Morgenthau, autor de ‘Política entre naciones. La lucha por el poder y la paz‘ (1948).

Specter pone su atención en este y otros coetáneos de perfil y trayectoria similares, como John Herz y Arnold Wolfers. Nacidos o al menos formados en Alemania, emigraron a Estados Unidos a raíz del ascenso del nazismo. Por ello, en ocasiones se han visto sus postulados realistas como una actitud de sabia precaución ante la verdadera naturaleza de la oveja devenida en lobo. Si pecan de cierto pesimismo, siempre cabe disculparles por la dramática experiencia del hundimiento del orden liberal de Weimar y el sufrimiento del Holocausto.

Specter considera que la tradición de entender así el origen de lo que puede llamarse el “realismo clásico”, consolidado en las décadas de 1940 y 1950, explica mucho del prestigio que este ha tenido en los últimos setenta años. Su caché radica en que sus impulsores eran refugiados del nazismo y su realismo, el fruto amargo del desencanto del liberalismo de entreguerras. Sin embargo, para Specter, esta interpretación ha enaltecido una visión a la que se atribuyó validez universal cuando en verdad era producto de una situación específica. Es más, de acuerdo con este autor -–y aquí está su segunda aportación y principal tesis de su libro– Morgenthau y los otros ‘emigrés’ no hacían más que llevar a Estados Unidos conceptos madurados algo antes e influenciados por los padres de la “geopolítica moderna” surgida entre las décadas de 1890 y 1910 –Friedrich Ratzel y Alfred Mahan, principalmente– y por autores que sirvieron de nexo como Carl Schmitt y Karl Haushofer.

Especializado en historia de las ideas, el interés de Specter radica en rastrear lo que entiende como una comunidad intelectual de doble dirección entre las visiones geopolíticas anglosajona y germana, de mutua influencia; de ahí el título y subtítulo de su libro: un “realismo atlántico” producto del intercambio de “pensamiento político entre Alemania y Estados Unidos”.

El subtítulo incluye además el término “imperio”, que alude a la tercera precisión que desea realizar Specter. En ocasiones se presenta el realismo como sinónimo de ‘Realpolitik’, posiblemente por contener la misma palabra. Pero el autor advierte que ‘Realpolitik’ –expresión inventada por el alemán Ludwig von Rochau en 1853– hace referencia al equilibrio entre grandes potencias (y así lo aplicó Bismarck, con quien se relaciona ese vocablo, aun cuando nunca lo utilizó), mientras que el realismo no habla de equilibrar, sino de intentar hacer valer el ‘interés nacional’.

Specter concluye que la geopolítica que nace a caballo entre los siglos XIX y XX no mira hacia la ‘Realpolitik’, sino hacia otro término que entonces se usó más, la ‘Weltpolitik’, centrada en las aspiraciones mundiales –imperiales– de una Alemania que buscaba su ‘Lebensraum’ (Ratzel) o ‘Großraum’ (Schmitt) y de un Estados Unidos que aplicaba el corolario Roosevelt a su Doctrina Monroe. Cerrando el círculo de su razonamiento, Specter considera que el realismo de Morgenthau, que en parte bebe de la tradición que le llega, exuda imperialismo.

El libro es más una historia intelectual, y de unos pocos autores (cada capítulo está dedicado a algún nombre de los ‘clásicos’ aquí mencionados) –en la línea de otros títulos de Specter, como su biografía intelectual de Habermas–, que un tratado académico sobre teorías de las relaciones internacionales, terreno en el que apenas entra. Es interesante para conocer el origen y desarrollo de algunas ideas y cómo estas entran y se desenvuelven en el pensamiento de determinados autores. No obstante, si se acoge el libro como un intento de desprestigio de Morgenthau o del realismo en general, realmente queda cojo.