In the image
Incautación de seis toneladas de cocaína en Guayaquil, en febrero de 2022, con destino a Bélgica [Policía Nacional de Ecuador]
Informe SEGURIDAD REGIONAL AMERICANA, SRA 2023 / Versión del artículo en PDF
° En 2022 Ecuador duplicó por segundo año consecutivo su tasa de homicidios, convirtiéndose en el cuarto país de Latinoamérica más violento.
° Tras el acuerdo de paz en Colombia, la mafia de la droga comenzó a invadir el norte de Ecuador; en poco tiempo se ha desplazado hacia Guayaquil, atravesando todo el país.
° Como el país de tránsito con mayor incautación, ha tenido que recurrir de forma masiva al «encapsulamiento» para diluir el polvo de cocaína en bloques de hormigón.
Situado entre los principales países productores de coca, Ecuador se ha ido consolidando los últimos años como territorio de tránsito de droga y ‘hub’ de distribución, lo que ha hecho aumentar exponencialmente la violencia y además está empujando la emigración al exterior.
El año 2022 ha marcado un claro empeoramiento de la situación, con un récord de homicidios y de incautación de cocaína y con la conversión de Guayaquil, que tradicionalmente había sido el motor económico del país, en el punto donde confluyen las rutas de la droga que llega desde Colombia y Perú para la salida de la mercancía hacia Estados Unidos y Europa.
Por su parte, la inestabilidad política, con un presidente sujeto a un proceso de posible destitución, empeora las perspectivas del país. Los datos económicos no son de momento preocupantes, pero la división política puede acabar complicando las finanzas nacionales. Un deterioro de la vida económica, política e institucional fácilmente puede alimentar asimismo la penetración de las mafias de la droga entre la clase dirigente.
El presidente Guillermo Lasso decretó a comienzos de abril de 2003 el estado de excepción en varias zonas del país, entre ellas el área de Guayaquil, el principal puerto de Ecuador, y autorizó la tenencia y el porte de armas para la defensa personal. En 2022 Ecuador duplicó por segundo año consecutivo el número de homicidios: si en 2020 estaba en el puesto 18 en cuanto a violencia entre los países latinoamericanos, con una tasa de 7,7 homicidios por 100.000 habitantes, en 2022 fue el cuarto país, con una tasa de 25,9, solo por detrás de Venezuela, Honduras y Colombia, pero por delante de México, que tuvo una tasa de 25,2.
Derrame desde Colombia
La situación se ha deteriorado de modo muy rápido, principalmente como consecuencia del reacomodo de las mafias de la droga en Colombia. Tras el acuerdo de paz de 2016, disidencias de las FARC y otros grupos de crimen organizado concentraron su actividad en el suroeste colombiano (especialmente en los departamentos de Nariño y Putumayo, que limitan con Ecuador), utilizando como punto de salida de la droga sobre todo el puerto de Tumaco, a pocos kilómetros de la frontera.
Enseguida una parte importante del narcotráfico y de la violencia que conlleva se desbordó al vecino país: las rutas buscaron entonces también el puerto ecuatoriano de Esmeraldas, y cuando el volumen de los cargamentos de droga aumentó aún más, la salida principal de la cocaína pasó a ser Guayaquil, cuyo gran comercio marítimo facilita los envíos ilegales hacia Estados Unidos y Europa. Al atravesar Ecuador de norte a sur, el tránsito de la droga ha potenciado la corrupción, el enfrentamiento de bandas –en la calle y en las cárceles– y los homicidios.
En febrero fue localizado un gran laboratorio para el procesamiento de clorhidrato de cocaína a 15 kilómetros de la frontera colombiana, con capacidad para la producción de dos toneladas mensuales, de forma que Ecuador ya no solo es país de tránsito, sino que está entrando en la cadena de producción a partir de la pasta coca que llega de Colombia.