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Concentración a las puertas del Ministerio de Cultura de Cuba liderada por artistas en noviembre de 2020 [Movimiento San Isidro]
Cuando las manifestaciones masivas contra el régimen han hecho su aparición en Cuba, surge la pregunta de si esa presión popular será suficiente para un cambio de modelo político. No lo ha sido en Venezuela, donde los últimos años ha habido muchas marchas multitudinarias, sin que el poder haya dejado de ejercer su férreo control social. Las habituales voces en Venezuela reclamando una solución armada, con empuje desde Estados Unidos, han comenzado a oírse en el caso cubano, aunque solo desde el exilio en Florida: en la isla, los efervescentes movimientos opositores apuestan por el arte y la cultura, y sobre todo por la no violencia.
La oposición cubana se ha vuelto más estratégica, creativa y empoderada que nunca. Sin embargo, hay muchos que creen que sus protestas pacíficas no serán suficientes para acabar de una vez con la dictadura castrista.
Este desacuerdo se ha podido observar recientemente en el ‘Miami Herald’ (y su versión en español, ‘El Nuevo Herald’), el principal periódico del sur de Florida, donde reside el principal núcleo de exiliados cubanos. El diario publicó dos artículos de opinión muy distintos en un periodo de cuatro días. En un artículo publicado el 26 de noviembre, el académico cubano-americano Jaime Suchlicki, profesor emérito de la Universidad de Maimi y director del think-tank Cuban Studies Institute, argumentaba que el Ejército de Estados Unidos debe armar, entrenar y respaldar a la oposición cubana, ya que Cuba “no es India” y el régimen castrista “no es Inglaterra”. Según Suchlicki, los éxitos recientes de las protestas pacíficas de la oposición en Cuba no podrán perdurar en el tiempo sin la ayuda de acción militar, ya que a su parecer la población cubana es menos paciente y está menos preparada que los seguidores indios de Gandhi para soportar una etapa prolongada de sacrificio y sufrimiento.
Esa apuesta por la violencia fue rápidamente contestada por otro artículo de opinión en el mismo periódico, escrito por dos líderes de la oposición pacífica en Cuba, Regis Iglesias Ramírez, del Movimiento Cristiano Liberación, y John Suárez, del Centro por una Cuba Libre. Este artículo resaltaba el éxito histórico de las protestas pacíficas en Cuba, de las cuales el mejor ejemplo son quizás las Damas de Blanco, que consiguieron mediante ocho años de protestas pacíficas vestidas de blanco liberar a sus familiares que fueron encarcelados en 2003 durante la primavera negra. Iglesias Ramírez y Suárez defendían que el activismo pacifico que practican es generalmente más efectivo para acabar con dictaduras violentas y opresivas.
Este debate, de indudable relevancia para el futuro de la nación cubana, puede ser comprendido mejor observando la trayectoria reciente de la oposición cubana. El 11 de julio de 2021, miles de cubanos salieron a las calles para protestar por la grave situación económica, que se había intensificado por la pandemia. Los manifestantes todavía no pedían libertad abiertamente, sino medicamentos y alimentos. Sin embargo, las comunidades artísticas y religiosas llevan años protestando pacíficamente por el cambio político en la isla.
El Movimiento Cristiano Liberación al que pertenece Iglesias Ramírez lleva desde 1988 abogando por la democratización del país. Las anteriormente mencionadas Damas de Blanco siguen activas también a día de hoy, manifestándose pacíficamente por los derechos humanos en Cuba, yendo a misa vestidas de blanco “portando fotos de sus familiares con el número de años que fueron condenados a prisión” y organizando “tes literarios”. En 2018, se estableció el Movimiento San Isidro para protestar contra el Decreto 349, que restringe la libertad de expresión artística. El movimiento está compuesto por jóvenes académicos, pintores, autores, periodistas, actores, músicos y poetas. En la página web del Movimiento San Isidro actualmente se encuentran varios manuales de lucha pacífica, comunicación política, formación cívica, derechos humanos e ‘infoactivismo’. Un video de tres minutos que el movimiento colgó en internet el 6 de octubre declara que “El arte no es culpable” y sigue el actual encarcelamiento de su líder Luis Manuel Otero Alcántara, cuya pena podría extenderse hasta cinco años. El audio del video canta “Patria y Vida”, lema que es repetido en el hashtag.
La canción “Patria y Vida”, del dúo Gente de Zona y otros cuatro artistas cubanos, se estrenó el 17 de febrero de 2021. La canción ha superado los diez millones de reproducciones en Youtube y ha recibido dos Latin Grammys. “Patria y Vida” es intensamente política, está llena de referencias actuales e históricas y aborda también temas económicos como la dolarización de facto. Asimismo, menciona al Movimiento San Isidro explícitamente en su letra. En la canción, Descemer Bueno canta: “Somos artistas, somos sensibilidad”. La parte de Bueno es más tranquila y pacífica en comparación con el resto de la canción, que adopta un estilo más agresivo. Sin embargo, la letra más conocida de la canción es “Ya no gritamos Patria o Muerte sino Patria y Vida”. El lema ‘Patria o Muerte’ era un famoso grito de Fidel Castro en sus discursos políticos a partir de 1990, cuando la isla atravesó una extrema penuria a raíz de la caída de la URSS, que había sido su benefactor durante décadas. Podría decirse que, en cierta medida, en el contraste de tono entre la parte de Bueno y el resto de la canción viral se plasman las mismas tensiones antes aludidas sobre la estrategia a tomar para superar la dictadura. ¿Continuará siendo pacífica la lucha de la oposición cubana, o se tornará más violenta? El rapero Maykel Castillo Pérez, más conocido como Maykel Osorbo, que es co-autor de la canción, se encuentra actualmente encarcelado, como tantos activistas en la isla.
Se estima que unas mil personas fueron detenidas por el gobierno durante las protestas de julio y que algo más de la mitad de ellas permanecen todavía en la cárcel. El encarcelamiento de manifestantes pacíficos y artistas, académicos y periodistas activistas de la oposición ha sido investigado a fondo y reportado en detalle por el instituto internacional de derechos humanos Human Rights Watch.
El 15 de noviembre, las protestas masivas se revivieron en Cuba, aunque de modo no tradicional. Fueron convocadas por la plataforma Archipiélago, que afirma ser una “plataforma horizontal democrática de acción ciudadana [sin] un programa político [ni] una definición ideológica”. Las protestas fueron pacíficas, como recordó la misma plataforma en su cuenta de Facebook el 15 de noviembre. Los métodos de protesta recomendados fueron: vestirse de blanco para salir a la calle (“un color lindo que representa la pureza de nuestros ideales nacionales”); tender telas y sábanas blancas en los patios, terrazas y balcones; aplaudir a las 15:00 horas para los presos políticos del 11 de julio, y participar en el “cacerolazo” a las 20:00 horas haciendo sonar “tu caldero de metal [...] para demostrar desde tu casa el apoyo popular que existe por la Jornada Cívica por el Cambio”. El mismo día Archipiélago subió a internet un video que demostraba cómo los ciudadanos cubanos, siguiendo las indicaciones del gobierno, impidieron que el activista Yunior García Aguilera saliera a la calle a manifestarse bloqueando su puerta con su “acto de repudio”.
García Aguilera se encuentra actualmente en España con su esposa Dayana Prieto en condición de asilados, “vivos, sanos, y con las ideas intactas” como él mismo publicó el 17 de noviembre. García Aguilera, aparte de activista, es dramaturgo y actor, y Prieto es productora de cine. Abogan por el activismo pacífico y siguen el ejemplo de la activista afroamericana Rosa Parks.
Cabe destacar que el gobierno cubano también está empleando la cultura cubana como arma política, sobre todo mediante la publicación de artículos de opinión en el ‘Granma’, el principal órgano de prensa del régimen. Las protestas creativas de la oposición emplean, entre otros símbolos, rosas blancas, haciendo referencia al conocido poema de José San Martí, “Cultivo una rosa blanca”. El ‘Granma’ publicó un artículo de opinión el 12 de noviembre titulado “Ni rosas ni sábanas blancas en venta”, en el cual el periodista Pedro de la Hoz escribe: “Demasiado pedir que los agoreros del cambio de sistema en Cuba lean profunda y aleccionadoramente a Martí [...] La rosa martiana canta a la unidad, la concordia, la honestidad, la sinceridad y la transparencia. Canta a la amistad, al crecimiento espiritual y a no dejar que el rencor devore el alma. Nada tiene que ver su apuesta ética con simulaciones ni rendiciones”. Otros artículos del ‘Granma’ y de medios de comunicación alineados con el gobierno cubano se empeñan en difamar a García Aguilera, acusándole de ser una marioneta política de Estados Unidos, entre otras cosas.
Está claro que el gobierno cubano se ha unido a la guerra cultural y artística, a pesar de no haber abandonado sus métodos más tradicionales de represión como el encarcelamiento. La evolución creativa de la lucha política actual en Cuba y el diálogo existente entre el gobierno y la oposición hace más probable que la posible transición de poder termine llevándose a cabo de manera pacífica.