El arte de escuchar:
el respeto en el diálogo
¿Hemos perdido el respeto? ¿Se requiere una nueva sensibilidad? ¿Las palabras importan? Son algunas de las preguntas que lanzó Ricardo Piñero, director del Instituto Core Curriculum, para introducir la jornada "Una nueva sensibilidad hacia el respeto. Las palabras importan", que se celebró el pasado 11 de diciembre en la Universidad. "Ante el ambiente candente propiciado por la pluralidad de sensibilidades que ponen en duda el concepto de respeto en ámbitos como el académico, esta jornada nos ayuda a poner las cosas en su sitio", aventuró.
El encuentro propició un espacio de reflexión sobre el respeto por las cosas importantes y las palabras, en un contexto de vorágine en el que la Universidad juega un papel fundamental. A lo largo de la mañana, tuvieron lugar dos mesas redondas que contaron con la participación de Ana Calvo, catedrática de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad CEU San Pablo; Cristina Sánchez, directora de la revista Alfa y Omega; los profesores de la Facultad de Filosofía y Letras Pablo Pérez y Alfredo Cruz; Enrique Baquero, profesor de la Facultad de Ciencias; y las profesoras de la Facultad de Comunicación Ana Azurmendi y Mónica Herrero.
El respeto, ¿una especie en extinción?
El respeto consiste en la confirmación de la existencia del otro para uno mismo. "Solo me comunico con alguien si de entrada le respeto", detalló Alfredo Cruz durante su intervención. "El camino a una nueva sensibilidad hacia el respeto pasa por entender que es una cuestión de práctica y aprendizaje". Por su parte, Pablo Pérez propuso que, más que repensar el respeto, es necesario "vivirlo con delicadeza, entendido como el reconocimiento de terceros. Las personas merecen algo más que respeto, como nuestro aprecio, admiración y servicio".
En opinión de Ana Azurmendi, debemos aprender a respetar el término, que nos sirve como "escudo frente a los defensores de la libertad de expresión desmesurada, que nos hacen modular nuestra forma de manifestarnos, en función de dónde y con quién estamos". Contra aquellos frames que rechazan opiniones y pensamientos opuestos, la catedrática de Derecho Constitucional puso sobre la mesa el diálogo como una solución ante la agresividad verbal: "Es habitual lidiar con la inteligencia polarizada, bandos opuestos y una violencia verbal que, lejos de crear lugar para el diálogo, genera miedo, anima hacia la aversión o el efecto inhibitorio en profesiones como el periodismo, donde la expresión se limita cada vez más ante amenazas como la cancelación". En efecto, en terrenos más teóricos que prácticos, "hay términos más convincentes que otros, y reconocerlos implica una conversación", aseguró.
Una solución para alcanzar el respeto
El catedrático de Historia Contemporánea Pablo Pérez incidió en la consideración de terceras personas para hablar propiamente del respeto. Lo interesante es presenciar esos intercambios de ideas en la Universidad, para fomentar "una mentalidad de respeto, aprecio y de servicio con las personas con las que convivimos y a las que luego servimos en nuestra profesión".
El fomento del respeto también permite consolidar una sociedad más justa, en especial cuando la comunicación se realiza con personas que piensan diferente. Ante esta cuestión, la catedrática de la Universidad CEU San Pablo Ana Calvo aconsejó educar a los niños en valores como la empatía, la tolerancia y la cortesía, tanto en el ámbito familiar como en la escuela. En esa búsqueda de la unidad y de respeto a la diversidad, "los adultos debemos dar ejemplo de respeto y fomentar un ambiente donde las personas se sientan cómodas, reducir conflictos y propiciar un diálogo y lenguaje positivo", añadió.
Ricardo Piñero, director del Instituto Core Curriculum. /FOTO: Manuel Castells.
Cristina Sánchez, directora de Alfa y Omega. /FOTO: Manuel Castells.
Pablo Pérez, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras. /FOTO: Manuel Castells.
Mónica Herrero, profesora de la Facultad de Comunicación. /FOTO: Manuel Castells.
Volver al origen
"La búsqueda de la verdad implica esforzarse, dedicar horas a recopilar datos y guardar fidelidad a estos", según explicó la periodista Cristina Sánchez, directora de Alfa y Omega, quien recurrió a la idea de replantearnos el lenguaje ante una nueva narrativa en la que el periodista empieza a perder el protagonismo de la información mientras que las personas están al frente de esta. El vocabulario nos brinda facilidades como "acercarnos al conocimiento y a la verdad", añadió. La idea de crear comunidad y unión a través de las palabras pone de manifiesto que los diferentes lenguajes "no compiten, cooperan", añadió Mónica Herrero.
En esta línea, la vicerrectora de Comunicación también hizo referencia a cómo "las espirales de silencio refuerzan la polarización, donde las personas tienden a ocultar su opinión si piensan que serán sometidas a una presión de aislamiento". Enfatizó la importancia de tener en cuenta el contexto en el que nos encontramos para crear espacios de comprensión y confianza, siendo más explícitos.
"Las nuevas narrativas deben seguir respetando el código deontológico periodístico básico: fidelidad a la verdad, al trabajo y a la vocación pública y al servicio que tiene el profesional de la comunicación", continuó Cristina Sánchez. A su juicio, el problema reside en que la realidad que nos rodea es cambiante, las nuevas narrativas están ligadas a la posverdad y el código periodístico debe adaptarse a este nuevo escenario: "Lo principal para no faltar al respeto a la profesión es volver a los orígenes del medio, que sea infranqueable faltar a la veracidad", afirmó. La falta de respeto, dijo, desencadena una "falta de ética, lenguaje y sensibilidad que cae como las piezas de un dominó y se aleja del rigor periodístico".
Ante este planteamiento, Ana Calvo ofreció su visión sobre el lenguaje como una herramienta de cohesión estructural y social, así como la consideración del otro para "fortalecer una convivencia pacífica, donde el papel del lenguaje en los medios de comunicación es crucial, puesto que poseen una gran influencia en la forma en la que los ciudadanos perciben el discurso público. Si el protagonismo termina cayendo siempre en el conflicto y el escándalo, este foco puede contribuir a una percepción de falta de respeto generalizada", concluyó.
Alfredo Cruz, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras. /FOTO: Manuel Castells.
La jornada, organizada por el Instuto Core Curriculum, contó con las intervenciones de Ana Calvo, de la Universidad CEU San Pablo, y Cristina Sánchez, directora de la revista Alfa y Omega, así como con profesores de distintas facultades. /FOTO: Manuel Castells.
EL RESPETO, EN CINCO FRASES
1
El respeto consiste en la confirmación de la existencia del otro
2
El respeto implica delicadeza y reconocimiento hacia los demás
3
El respeto debe protegerse frente a la agresividad verbal y la polarización
4
El lenguaje y las palabras tienen un papel fundamental en la cohesión social
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