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"Ser", "saber" y "hacer": profesionales que suman

REPORTAJE

13 | 06 | 2022

ESTRATEGIA 2025

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FotoManuel Castells

Educación transformadora, o lo que es lo mismo, ofrecer a los estudiantes de grado y posgrado una experiencia formativa profunda. Este es uno de los ejes en los que descansa la Estrategia 2025 de la Universidad, y en el que se enmarca el proyecto "Docencia 360".

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Pepa Sánchez de Miguel y Unai Zalba coordinan el proyecto "Docencia 360" dentro de la Estrategia 2025 de la Universidad.

"Vivimos en un mundo en constante evolución. Muchos puestos de trabajo del futuro aún están por definir, el mercado laboral es realmente cambiante. Por tanto, es esencial fijar unas bases sólidas de la persona, que permitan a nuestros graduados adaptarse a funciones y responsabilidades diferentes. Es más necesaria que nunca una formación integral, completa", explica Unai Zalba, subdirector del servicio de Calidad e Innovación de la Universidad.

Desde hace un año, Unai coordina, junto a Pepa Sánchez de Miguel, directora del servicio, el proyecto "Docencia 360". Su objetivo es que, además de las competencias profesionales y científicas propias de cada área de conocimiento, los estudiantes de la Universidad desarrollen las cualidades que hagan de ellos ciudadanos responsables, con profundidad de pensamiento, espíritu crítico y perspectiva internacional; capaces de entender su trabajo como un servicio a los demás y a la sociedad. "El proyecto se va a abordar desde dos niveles de trabajo. En el primero cada centro debe definir la identidad profesional de sus titulaciones (perfil de graduado) y el modelo de aprendizaje correspondiente. En el segundo se debe diseñar un modelo de gestión de la docencia que facilite el desarrollo de este modelo de aprendizaje. El primer nivel lo desarrollaremos, además, en colaboración con el Instituto Core Curriculum", explica Unai.

Y Pepa añade: "Se trata de determinar el conjunto de acciones, metodologías y actividades curriculares y extracurriculares, que hacen que el alumno alcance ese perfil deseado de graduado. La piedra angular de toda universidad es el conocimiento que se transmite a los estudiantes. Pero es también muy importante que se enseñen las habilidades que permitan su aplicación y una serie de actitudes vitales que conformen al profesional completo", detalla. "Es a lo que nosotros nos referimos como "ser", "saber" y "hacer", las tres dimensiones que entendemos que integran un buen profesional", completa Unai.

"La piedra angular de toda universidad es el conocimiento que se transmite a los estudiantes. Pero es también muy importante que se enseñen las habilidades que permitan su aplicación y una serie de actitudes vitales que conformen al profesional completo"

En este sentido, el proyecto tiene dos actores claves: el profesor y el estudiante. "Aunque cada centro definirá su modelo de aprendizaje de manera general, este tiene que ser conocido por los profesores que son quienes van a concretar ese modelo en sus asignaturas", explica Pepa. Y tan importante como involucrar a los docentes es asegurarse de que el estudiante conoce el modelo desde el primer curso. "Es fundamental que el alumno entienda por qué en el aula se está usando una metodología concreta y no otra, y que comprenda cómo todas las asignaturas y actividades que se le proponen en los cuatro años de su carrera van encaminadas a que adquiera una formación integral que le permita enfrentarse a su futuro", añade. "Es la mejor manera de que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje".​​​​​​

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El servicio de Calidad e Innovación lidera el proyecto en colaboración con los centros de la Universidad.

Gestión y calidad

Otra faceta de este proyecto es la elaboración de un modelo de gestión de la docencia. "Es importante definir cómo vamos a gestionar esa docencia: cómo vamos a coordinarnos; cómo van a integrarse los diferentes servicios y unidades de los centros", explica Unai. "Y ese modelo de gestión será también un modelo de garantía de calidad", añade. "El modelo de gestión asegurará que revisemos todos los años cómo se van desarrollando los distintos modelos de aprendizaje, para detectar debilidades y generar planes de mejora. En la Universidad contamos con una cultura de mejora constante en los títulos. Y para eso también nos va a servir este proyecto", asegura Unai.

Pepa, además, da un paso más y enfatiza que calidad e innovación van de la mano. "Innovación no es cambiar toda la metodología docente ni basar, necesariamente, toda la enseñanza en novedosas herramientas tecnológicas o metodológicas. Innovación es mejorar la forma de aprendizaje de los estudiantes. Y esa mejora, para que pueda darse, tiene que estar supervisada por mecanismos que garanticen su calidad", asegura.

“Innovación no es cambiar toda la metodología docente ni basar, necesariamente, toda la enseñanza en novedosas herramientas tecnológicas o metodológicas. Innovación es mejorar la forma de aprendizaje de los estudiantes"

11 años de proyectos de innovación docente

El servicio de Calidad e Innovación, lleva 11 años impulsando proyectos de innovación docente. Mediante una convocatoria anual, los profesores pueden presentar sus propuestas en relación con una asignatura, o varias, para mejorar la docencia y el aprendizaje de los estudiantes. Competiciones para resolver casos prácticos, actividades complementarias para fomentar la sensibilidad ambiental de los alumnos, trabajos que les permiten tomar contacto con la realidad empresarial… La lista de estos proyectos es muy larga y constituye un magnífico punto de partida desde el que dar un nuevo impulso a este proyecto. "El modelo de aprendizaje que defina cada centro establecerá las grandes líneas, de modo que esos proyectos de innovación docente con los que ya trabajan los profesores vayan, poco a poco, confluyendo en ese modelo", concluye Pepa.

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Profesionales, desde 1º

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Ruth Gutiérrez Delgado
Vicedecana de Estudiantes
Facultad de Comunicación

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Aunque el proyecto "Docencia 360" está liderado desde el servicio de Calidad e Innovación, los actores clave para llevarlo a cabo son las facultades y escuelas. Como, por ejemplo, la Facultad de Comunicación. Allí, vicedecanato de Estudiantes y los profesores que dan clase en 1º han trabajado todo este segundo cuatrimestre para detectar posibilidades de mejora en la docencia y el aprendizaje del alumno.

"Al profesorado le gustaría que el alumno entienda que empieza a convertirse gradualmente en un profesional de la Comunicación desde que llega a la Facultad", explica Ruth Gutiérrez Delgado, vicedecana de Estudiantes. "Para eso, entre otras cosas, lo que queremos hacer es "traducir" las competencias del profesional en aspectos que se puedan inculcar en las disciplinas, las áreas y los contenidos que reciban; que ayuden a conseguir que esa imagen del comunicador se vaya encarnando en el estudiante", añade. Y para ilustrarlo pone algunos ejemplos: "Si lo primero que tiene que aprender un comunicador es a escribir, claramente el alumno de 1º tiene que ponerse a escribir lo antes posible. Lo mismo puede decirse del leer y del pensar. Lo que nos toca a los profesores es pensar sobre qué tiene que hacerlo, qué temas están a la medida de su madurez, de sus capacidades… O si un profesional, a lo largo de su carrera, va a necesitar aprender a hacer equipo con otros para construir una red de trabajo, tenemos que pensar cómo se aprende eso ya desde 1º. Si un periodista tiene que saber asistir a una rueda de prensa o transmitir lo que dice su empresa porque se dedica a la comunicación institucional, el estudiante tiene que ir aprendiendo el oficio desde sus primeros pasos en la Facultad".

Tras compartir sus experiencias, los profesores detectaron algunas "carencias" comunes, relacionadas con la formación cultural de los estudiantes, con su modo de estar en la propia Universidad y con la coordinación entre los profesores y la complementariedad de las asignaturas. Con esas cuestiones de fondo, la Facultad ha fijado algunas pautas y criterios que buscan mejorar el aprendizaje de los estudiantes en las tres grandes áreas de conocimiento de la Comunicación: 1) entender la actualidad (lo social, cultural, político…), 2) aprender a escribir y 3) aprender a pensar con criterio. En esa línea, el profesorado de primero se ha planteado una serie de medidas que pondrá en marcha este próximo curso 2022/23. Pero una vez concluido el curso, tocará valorar si han funcionado o no. 

"En nuestra Facultad se dan dos tensiones claras: la que atrae hacia lo más técnico/práctico, enfocada hacia el uso de tecnologías y las prácticas que ayudan a producir mensajes; y la enfocada a la reflexión sobre lo que sucede en la actualidad, en el mundo y su conexión con los productos culturales que nacen de la comunicación y que cambian la vida de las personas. Desde la Facultad de Comunicación aspiramos a ser el lugar donde esas dos tensiones se integren, a través de las disciplinas que ofrecemos al alumno enmarcadas en una visión del mundo ilusionante: se debe buscar la verdad, se puede contar y se puede servir con la comunicación. Eso, necesariamente, tiene su reflejo en los profesores y en el orden de las prioridades académicas; por ejemplo, desde asuntos aparentemente menores como el horario de un curso pasando por el plan docente y los contenidos de los grados", concluye Ruth.