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El sueño de hacer la Universidad de Navarra

REPORTAJE

Texto

San Josemaría visitó la Universidad por última vez en mayo de 1974. Al recordar, con alegría, sus comienzos, comentó: “Al principio, cuando la Universidad de Navarra estaba en sus comienzos, decía: «Mi corazón irá a la Universidad, a un rincón». Pero no hace falta que lo diga: yo siempre tengo el corazón pegado a vosotros. ¡Tratádmelo bien!, procurando que sea bueno, rezando por mí”.

En la imagen

San Josemaría, en la Universidad,
en 1967.

“Ya desde sus años de estudiante en la Universidad de Zaragoza, donde cursaba la carrera de Derecho al mismo tiempo que realizaba sus estudios sacerdotales, san Josemaría se interesó particularmente por la vida universitaria, con un aprecio que manifestó repetidamente a lo largo de su vida”. Así lo señaló el beato Álvaro del Portillo, su sucesor, en el acto in memoriam que se celebró tras el fallecimiento del primer Gran Canciller. “Me considero universitario: y todo lo que se refiere a la universidad me apasiona”, había afirmado él mismo en 1966.

Así, la idea de fundar una universidad había rondado la mente de san Josemaría desde muy pronto, seguro del gran influjo que las profesiones intelectuales ejercen en la sociedad.

José Javier López-Jacoiste, uno de los primeros profesores de la Escuela de Derecho del Estudio General de Navarra, germen de lo que hoy es la Universidad, fue uno de los testigos de la gestación de aquel sueño. Con motivo del 50 aniversario de esa primera facultad, recordaba cómo, de entrada, el afán parecía casi imposible. No era la primera vez que, a lo largo de la historia, se incoaba, sin éxito, el proyecto de hacer una universidad en Navarra. Pero es que, además, por si la experiencia de la historia no resultaba suficiente, había que añadirle que en aquella época la creación de universidades era competencia exclusiva del poder estatal.

“Me considero universitario: y todo lo que se refiere a la universidad me apasiona".

“San Josemaría hablaba de varias ciudades de emplazamiento y comienzo. Insistentemente de Pamplona y de San Sebastián”, recordaba López-Jacoiste. Habló del proyecto con unos y otros, compartió sus desvelos, pidió sugerencias… Por su formación jurista, el profesor le esbozó lo adecuado que el régimen foral navarro podía resultar para aquel propósito. Lo hizo cerca del verano de 1951. Los estudios de Derecho comenzaron en Pamplona en el siguiente curso académico.

El sueño de levantar una Universidad se había cumplido. Un sueño que transmitió a los primeros. Un sueño que cuidó y alentó como Gran Canciller de la Universidad. Un sueño con el que soñó que alumnos, profesores y empleados soñásemos siempre.

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Cuando impulsó la Universidad en 1952, san Josemaría no escribió un documento fundacional, no redactó estatutos ni idearios. Fue en conversaciones, en despachos, en decenas de encuentros con los primeros profesores y alumnos dónde transmitió lo que esperaba de la Universidad.

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LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA: UNA TAREA DE TODOS

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“La vida de la Universidad de Navarra se debe principalmente a la dedicación, a la ilusión y al trabajo que profesores, alumnos, empleados, bedeles, estas benditas y queridísimas mujeres que hacen la limpieza..., todos, ponen cada día”.

 

San Josemaría en "Conversaciones", n. 83

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INVESTIGACIÓN: UN TRABAJO COMPROMETIDO POR EL AMOR A LA VERDAD

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"La universidad sabe que la objetividad científica rechaza toda neutralidad ideológica, ambigüedad, conformismo y cobardía. El amor a la verdad compromete la vida y el trabajo del científico, y sostiene su temple ante posibles situaciones incómodas. Los investigadores dan ejemplo con sus propias vidas, afrontando los problemas sin miedo al sacrificio ni a las cargas más pesadas, asumiendo la propia responsabilidad. Eso exige una renovación de la fe, que permite abrirse siempre a la Sabiduría divina y a sus luces de esperanza".

 

San Josemaría en su discurso como Gran Canciller en la ceremonia de investidura de doctores honoris causa el 9 de mayo de 1974

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DOCENCIA: FORJAR EL PORVENIR, LABOR DE LOS PROFESORES UNIVERSITARIOS

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"No basta el deseo de trabajar por el bien común. Para que sea eficaz hay que formar hombres y mujeres con una buena preparación y capaces de dar a los demás el fruto de esa plenitud que han alcanzado. Forjar el porvenir es labor de muchos, pero muy específicamente de los profesores universitarios. No hay universidad donde, a la transmisión de los saberes, no se une la formación enteriza de las personalidades jóvenes".

 

San Josemaría en "Conversaciones", n. 73

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MEJORA DE LA SOCIEDAD: SERVICIO AL BIEN COMÚN Y ACCESO DE TODOS A LA UNIVERSIDAD

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"Los estudiantes se han de formar en una mentalidad de servicio a la sociedad, promoviendo el bien común con su trabajo y su actuación cívica. Los universitarios necesitan ser responsables, tener inquietud por los problemas de los demás y un espíritu generoso que les lleve a procurar encontrarles la mejor solución. Dar al estudiante todo eso es tarea de la Universidad".

​​​"Los que tengan capacidad deben tener acceso a los estudios superiores, sea cual sea su origen social, sus medios económicos, su raza o su religión. Mientras existan barreras en este sentido, la democratización de la enseñanza será sólo una frase vacía”.

 

San Josemaría en "Conversaciones", n. 74

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INTERNACIONALIDAD: UNA UNIVERSIDAD ABIERTA A TODOS

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"La Universidad es el lugar para prepararse a dar soluciones a esos problemas; es la casa común, lugar de estudio y de amistad; lugar donde deben convivir en paz personas de las diversas tendencias que, en cada momento, sean expresiones del legítimo pluralismo que en la sociedad existe".

 

San Josemaría en "Conversaciones", n. 76