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Carlos Centeno dirige un equipo multidisciplinar, formado por médicos, enfermeras y psicólogos, pero también por investigadores del área de las ciencias sociales y las humanidades: historiadores, filólogos, un trabajador social…
El Dr. Centeno defiende que la Medicina Paliativa es medicina avanzada. "Algunos dicen: «pero, si no hacéis nada»", se queja, aunque con una sonrisa. "No hacemos nada en el sentido de que no utilizamos una técnica, un aparataje, una prueba diagnóstica…", reconoce. "Lo que hacemos es cuidar activamente. Evaluar. Identificar los problemas. Dar apoyo. Y acompañar, no sólo al enfermo, sino también a la familia. Y para esto hace falta medicina avanzada". Y explica: "Hay que saber mucho del manejo del dolor y de los síntomas. Hay que saber usar los fármacos de los que disponemos. Hay que saber mucho del componente emocional de la persona para identificar qué está pasando: si el paciente está desanimado o desmoralizado, si el problema está en la adaptación al proceso... Hay que saber comunicar. Y hay que saber dar respuesta a las cuestiones éticas a las que nos enfrentamos muchas veces. Y todo esto necesita investigación", concluye.
En España, la Medicina Paliativa comenzó a desarrollarse en los años 90 y lo hizo con fuerza. Hasta hace 10 años. "Entonces, todo el mundo se olvidó", recuerda Centeno. "Ha sido ahora, a raíz del debate en torno a la eutanasia cuando nos hemos acordado de que los enfermos terminales tienen necesidades y se empieza hablar de cuidados paliativos. El problema es que muchas veces no se sabe de qué se habla". Y es que, a la hora de referirse a la Medicina Paliativa, se manejan muchas veces conceptos antiguos, pensando que es la que se aplica al que se va a morir, cuando ya no hay nada más que hacer. "La Medicina Paliativa es muy activa", replica el Dr. Centeno. "La gente se sorprende cuando se entera de que atendemos a pacientes en consulta. Pero es que lo que hacemos es aliviar el sufrimiento intenso de quien tiene una enfermedad grave. Eso es Medicina Paliativa hoy".
Por eso no es negra; ni siquiera, gris. Aunque Carlos Centeno reconoce que en su día a día como médico de cuidados paliativos hay momentos intensos y difíciles; cuando se le pregunta qué es lo más duro de su profesión, lo tiene claro: "Lo duro es ver sufrir y no aliviar. Y eso lo vemos algunas veces. Pero, ¿ver morir a alguien en paz? Eso no es duro en absoluto. Puede ser, incluso, bello y reconfortante. Cuando ves que alguien llega a tu consulta en una situación de estrés emocional, de miedo, de confusión... y poco a poco, esa situación compleja, difícil, se va desanudando, y esa persona avanza en ese proceso de aceptación, o al menos de adaptación, y llega a morir en paz... Eso de duro no tiene nada: lo tiene de muy bonito y de muy reconfortante. Y es algo a lo que merece la pena dedicarle la vida: a hacer que, cada vez, haya más gente que pueda tener el apoyo necesario para hacer ese recorrido que todos tendremos que hacer algún día”.