20011102Un arquitecto austríaco considera prioritario que la teoría no olvide que las ciudades albergan personas
Un arquitecto austríaco considera prioritario que la teoría no olvide que las ciudades albergan personas
Fritz Breitenthaler valoró, en su visita a la Universidad, la comodidad como aspecto inseparable de la belleza en el diseño de edificios
"La vivienda es una piel para sus habitantes. Y es necesario que esa piel se desarrolle a su favor porque no viven en un museo". Son palabras de Fritz Breitenthaler, arquitecto austríaco, durante su visita a la Universidad de Navarra. El urbanista, especializado en diseño de interiores, instalaciones electrónicas y urbanizaciones, se mostró muy crítico con algunos estándares arquitectónicos actuales y consideró "absolutamente necesario" incrementar la calidad de las construcciones, especialmente de las viviendas. Por ello, rompió una lanza a favor de la funcionalidad y la comodidad de los edificios.
Breitenthaler confesó sentirse inquieto a propósito de las alternativas de los proyectistas para la metrópolis del tercer milenio. En su opinión, "todos los modelos teóricos deberían tener como prioridad considerar las ciudades, megaciudades o metrópolis como lugares que albergan gente". No obstante, reconoció que no existe una solución general: "La belleza de la forma teórica ideada por el diseñador de una metrópolis debe adaptarse a las personas, y eso es muy difícil aplicarlo a la realidad".
Además, calificó de "peligroso" construir ciudades cimentadas más en la técnica que en el ser humano. "Las personas no son tan perfectas como las ideas de los tecnócratas", opinó el experto, quien concluyó que "la vida no es algo digital, sino analógico, cambiante y subjetivo, por lo que no es posible adaptar la arquitectura a cada persona".
La arquitectura española, por buen caminoAfincado en Berlín, donde trabaja en su estudio BauWerke, Fritz Breitenthaler se definió como buen conocedor de la arquitectura española de los últimos 15 años. En su visita a la Universidad de Navarra, aseguró que "el nivel de las construcciones medias -en referencia a las viviendas y edificios industriales en España- es más alto que en Alemania", y atribuyó este desfase a la gran acogida que el diseño tiene en nuestro país respecto a Alemania: "Las manillas de puertas, lámparas y otros objetos cotidianos fabricados con buen gusto gozan de gran aceptación entre los españoles. Sobre esa idea es más fácil desarrollar arquitecturas de alto nivel".
Respecto a la enseñanza universitaria, afirmó que "la formación de los arquitectos no es distinta si son españoles, alemanes o ingleses, porque, en general, son las personas quienes programan la educación". Además, aseguró que la calidad de la docencia depende de la "capacidad personal para involucrarse, tanto por parte de los profesores como de los alumnos". Finalmente, señaló que lo más importante para elevar el nivel es "la evaluación de lo que los alumnos realmente aprenden y asimilan".