Alumnos de 2º del curso Técnico Superior en Diseño y Amueblamiento del C.I Donibane han construido, en colaboración con estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, una estructura de madera para el campus.

Se trata de un 'punto de encuentro' donde los jóvenes puedan sentarse, conocer y conversar con sus compañeros. El resultado se ha concebido como un pequeño pabellón, que proporciona cobijo y sombra.

Antes de que los alumnos de Donibane acudieran al campus, la estructura fue diseñada por estudiantes de 3º de Arquitectura que han elegido la mención técnica en su formación. Esta actividad tuvo como objetivo acercar a los estudiantes a un modelo de trabajo real, en el que experimentan un proceso completo de construcción, desde el diseño hasta su fabricación.

“Para el diseño del ‘punto de encuentro’ nos inspiramos en los trabajos de Zaha Hadid, una arquitecta que expresa movimiento en sus proyectos. Además, queríamos que el diseño se adaptase a la forma del cuerpo”, comenta Gabriela Hidalgo, estudiante de arquitectura y codirectora del proyecto elegido. “El mayor condicionante fue el límite del material. Tan solo teníamos cuatro tableros de material de los que debíamos sacar las piezas, y esto es lo que hizo que el modelo fuese cambiando hasta llegar al diseño final”, añade la estudiante.

Colaboración fruto de un convenio

Iker Jáuregui y Xavier Lizarraga fueron los alumnos a cargo del equipo de trabajo del C.I. Donibane. “Una vez elegido el proyecto hemos estado en contacto por whatsapp y correos electrónicos con los estudiantes de Arquitectura. Nos mandaban los planos, hacíamos modificaciones y nos los volvían a mandar. “Dábamos indicaciones pensando siempre en la futura fabricación y construcción”, explica Xavier. Así, hasta obtener un resultado final. Es una experiencia muy bonita: trabajar en una obra, construirla y verla instalada”, explica Iker.

Alumnos de ambas entidades han coincidido en que la experiencia les ha servido para aprender sobre la comunicación entre el diseñador y el constructor, a fin de entender y cumplir los requisitos desde los dos puntos de vista. “Hemos puesto en práctica el poner límites, ya sea a un diseñador o un jefe de obra, puesto que algo puede ser atractivo visualmente pero no factible su construcción”, explica Iker.      

“Recomiendo totalmente esta experiencia ya que nos dio la oportunidad de trabajar y entender el material y sus capacidades, y la posibilidad de ver una idea construida”, concluye el alumno de la Escuela de Arquitectura Juan Bernardo Tamayo, codirector del proyecto elegido.

La cooperación la organizó la Escuela de Arquitectura a través del Seminario Internacional sobre Construcción en Madera, a cargo del profesor José Manuel Cabrero. Por otro lado, el profesor Alfonso Erro fue el supervisor de los estudiantes del curso Técnico Superior en Diseño y Amueblamiento del C.I. Donibane. La colaboración pública-privada viene precedida por un convenio que se firmó a principios de enero en cooperación con la empresa española FINSA (fabricante de tableros que ha cedido los materiales altruistamente) a través de los Almacenes de Madera Portu.