Un estudio realizado en la Universidad de Navarra analiza el efecto del cambio climático en los melocotoneros
Un estudio realizado en la Universidad de Navarra analiza el efecto del cambio climático en los melocotoneros
El investigador de la Estación Experimental Aula Dei-CSIC Sergio Jiménez analiza patrones más sostenibles para este cultivo
La sección de Biología Vegetal de la Universidad de Navarra acoge un estudio sobre el efecto del cambio climático en plantas de melocotonero, un frutal que alcanza en España 1,2 millones de toneladas de producción en un área de cultivo de 72.000 hectáreas. Se trata de un trabajo realizado por Sergio Jiménez, investigador de la Estación Experimental Aula Dei-CSIC.
Según el científico, cuyo proyecto lleva a cabo con el grupo "Mejora, selección y caracterización de especies leñosas", el cambio climático supone un aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera, subida de temperaturas y mayor limitación para la disponibilidad de agua por parte de las plantas, "situación que está afectando a numerosos cultivos adaptados a determinadas condiciones ambientales. Estos factores de estrés ponen en peligro su sostenibilidad en las zonas tradicionales de cultivo", alerta.
Su grupo colabora con Manuel Sánchez-Díaz, director de la Sección de Biología Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra -unidad asociada al CSIC a través de la Estación Experimental de Aula Dei de Zaragoza-, cuyas instalaciones son capaces de reproducir distintos ambientes resultantes de combinar los factores que se verán alterados con el cambio climático en unos invernaderos únicos en España. "En ellos reproducimos las condiciones que se darán a finales de siglo, como el aumento del CO2 ambiental y de la temperatura, así como la restricción en la cantidad de agua disponible, uno de los efectos más limitantes en el área mediterránea, muy vulnerable a sufrir carencias hídricas", explica el especialista.
Adaptación: la mejor alternativa
Precisamente en esta zona, advierte el investigador, "el uso de especies y variedades mejor adaptadas a las condiciones climáticas y edafológicas se plantea como la mejor alternativa, ya que permitiría disminuir los costes de producción y favorecería un aprovechamiento más sostenible de recursos escasos como el agua".
"En el caso de los árboles frutales", continúa Sergio Jiménez, "la variedad injertada es la que proporciona la fruta que se cosecha. Ese injerto se realiza sobre un patrón o portainjerto que aporta las raíces del árbol y, con ello, la adaptación al suelo". Ahora estudian melocotoneros injertados sobre patrones del género Prunus de diferente origen genético, para observar su respuesta a las condiciones derivadas del cambio climático.
De hecho, ya existen patrones adaptados a algunos factores de estrés propios del área mediterránea -como la deficiencia de hierro, problemas de replantación o los nemátodos-. Sin embargo, contar con genotipos multitolerantes a diferentes tipos de estrés es básico para una agricultura más sostenible", subraya.
Los árboles utilizados en este estudio se encuentran en invernaderos de gradiente térmico desarrollados por los investigadores de la Sección de Biología Vegetal de la Universidad de Navarra para simular distintos ambientes climáticos.
En el trabajo, financiado por el Gobierno de Aragón y la Obra Social La Caixa, participan una docena de investigadores de la Estación Experimental Aula Dei y del departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Navarra.