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“Tras el verano, las familias cuidadoras tienen el reto de volver a la rutina y compaginarlo con atender al enfermo”

María Arantzamendi, investigadora de la Universidad de Navarra, dirige un curso de verano en euskera sobre el cuidado en la enfermedad avanzada y terminal

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María Arantzamendi
FOTO: Manuel Castells
04/09/18 14:20 Isabel Solana

“Tras el verano, las familias cuidadoras tienen el reto de volver a la rutina y compaginarlo con atender a su ser querido enfermo”. Así se ha expresado María Arantzamendi, investigadora del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, con motivo del curso de verano que dirige, ‘Cuidar y acompañar en la enfermedad avanzada y terminal’. Se impartirá en euskera los días 12 y 13 de septiembre en el Palacio del Condestable.

La profesora Arantzamendi apunta que las familias que acompañan a un familiar con enfermedad avanzada le dedican más tiempo durante el periodo estival por la libertad que aporta el horario de verano y las vacaciones. “La vuelta supone tener que encajar más piezas en el puzzle y para minimizar los costes personales la familia se apoya en los recursos disponibles”, afirma.

Así, aboga por compartir responsabilidades entre familia y redes de apoyo: “Quizás los otros no hacen las cosas como a nosotros más nos gustan, o creemos que podemos hacerlo mejor. Pero es importante dejarles participar en las tareas de cuidado. Por un lado, se les implica en esta labor y por otra, evita asumirlo todo entre uno o unos pocos”. Además, propone una buena organización entre los partícipes.

Asimismo, la experta recomienda “determinar un tiempo de asueto o respiro”, que “no supone estar fallando a nadie”. Según indica, “el descanso permite encontrarse mejor, ver la situación con mayor claridad y cuidar con menos carga personal y más calma”. Por otro lado, anima a “valorar la situación del paciente con la colaboración de los profesionales de la salud y revisar el acceso a recursos sociosanitarios disponibles”.

Un entorno cómodo para expresar las emociones

Uno de los objetivos del curso es crear entornos cómodos para hablar de las emociones y desafíos que entraña el proceso de cuidar. “En el programa facilitaremos el autoconocimiento y el reconocimiento de nuestras emociones, que pueden ser muy intensas y cambiantes. Cada uno sabe qué le ayuda a manejarlas: hablar, hacer ejercicio, escuchar música, escribir lo que siente…”, subraya. Recuerda que, además, “se puede contar con los profesionales de la salud o las asociaciones.

Junto con esto, recalca que se identificarán aspectos positivos “que a veces se difuminan o pierden de perspectiva”, ya que “cuidar de un ser querido es transformador, puede conllevar un crecimiento personal muy valioso”. Dice que supone “una oportunidad para compartir cariño con la persona enferma y mostrar gratitud por lo que nos ha dado durante años. Además, pequeñas muestras de cuidado o tareas que realizas se recuerdan con cariño y satisfacción y ayudan en el proceso de duelo”.

El curso también contará con los siguientes ponentes: Alazne Belar, enfermera e investigadora predoctoral del Programa ATLANTES del ICS; Jaione Azparren, psicóloga del Hospital San Juan de Dios de Pamplona; y el médico Iñaki Peña del Hospital Alto Deba.

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