"La Biología me permite mejorar la calidad de vida de las personas desde el laboratorio"
Coro Paisan Ruiz se licenció en Biología en 1999 en la Facultad de Ciencias y en la actualidad trabaja en el Hospital Monte Sinai de Nueva York
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Coro Paisan Ruiz estudió Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra. Tras graduarse en 1999 y movida por una gran vocación investigadora, decidió hacer el doctorado entre el Hospital Donostia de San Sebastián y los Centros Nacionales de Salud de Estados Unidos (National Institute of Health). Ha realizado dos estancias postdoctorales y en la actualidad dirige su propio laboratorio de Biología Molecular en el Hospital Monte Sinai de Nueva York donde estudia trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, el parkinsonismo y el temblor esencial. Desde allí recuerda su estancia en la Universidad de Navarra como el primer gran paso en su vida profesional y personal.
¿Por qué decidiste estudiar Biología?
Siempre me interesó la sanidad, pero no desde el punto de vista médico-paciente. A pesar de que mis padres son pediatras y de que en casa siempre nos empujaron a estudiar Medicina, el campo de la Biología me daba la oportunidad de desarrollar mi pasión por mejorar la calidad de vida de las personas desde el laboratorio. Descubrir genes que ayudan a entender el proceso patológico de la enfermedad y a desarrollar medicamentos para mejorar la salud de los enfermos es un orgullo inmenso.
En la Universidad de Navarra diste tus primeros pasos profesionales, ¿pero qué pasó después?
Realicé el doctorado entre el Hospital Donostia de San Sebastián y los Centros Nacionales de Salud de los Estados Unidos (National Institute of Health, NIH) bajo la supervisión de los profesores José Félix Marti-Masso (San Sebastián) y Andrew Singleton (NIH, USA). Más tarde, continúe mis estudios postdoctorales en estancias compartidas entre los NIH y la University College London. Trabajé allí cuatro años y dos años y medio, respectivamente. Finalmente, me trasladé a Nueva York donde dirijo mi propio laboratorio de Biología Molecular.
¿En qué consiste tu labor allí?
Estudiamos los trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, el parkinsonismo y el temblor esencial. Entre mis hallazgos profesionales, se encuentran el descubrimiento de tres genes implicados en la enfermedad de Parkinson y parkinsonismo juvenil atípico (LRRK2, PLA2G6 y SYNJ1). Mi laboratorio también ha participado en el hallazgo de genes implicados en otras enfermedades neurodegenerativas como la distonía, la paraplejía espástica y la neurodegeneración con acumulación de hierro en el cerebro, entre otras.
Después de estos años de desarrollo de una gran carrera profesional. ¿En qué medida te ha influido haber estudiado en la Universidad de Navarra?
La preparación con la que se sale de Navarra es superior a la de otras universidades. Damos muchas horas de prácticas y eso influye mucho a la hora de empezar a trabajar, ya que contamos con una experiencia de laboratorio muy superior. Todavía recuerdo la cantidad de prácticas que teníamos en técnicas histológicas, asignatura impartida por el profesor Luis Montuenga.
¿Y desde el punto de vista personal?
La variedad de alumnos que estudian en la Universidad de Navarra es también muy importante. En cada clase hay prácticamente estudiantes de toda España y del extranjero. La diversidad cultural es muy importante porque te ayuda a conocer, valorar y respetar a otras culturas algo que me ha ayudado en mi trayectoria profesional. Sin duda, mi estancia en la Universidad de Navarra, me ha ayudado a comprender y ser más abierta con las distintas educaciones con las que me he encontrado.
En este sentido, ¿dirías que estudiar en la Universidad te abrió las puertas para trabajar fuera de España?
Si, desde luego. En Estados Unidos se valora mucho dónde se han realizado los estudios universitarios. El reconocimiento nacional e internacional que tiene la Universidad de Navarra es muy importante. Además, la Universidad inculca unos valores éticos que se tienen en cuenta en muchas organizaciones internacionales.
Por último, alguna anécdota o recuerdo de la Facultad…
Me acuerdo mucho de la Universidad porque conocí allí a mi marido y gracias a su apoyo incondicional he logrado asentarme en el campo de la ciencia. Además, mantengo relación con mis compañeras de piso y de universidad. Finalmente, guardo un buen recuerdo de la profesora María Jesús Calasanz. Creo que es una de las mejores profesoras que tuve y gracias a ella la genética y la bioestadística me resulta muy fácil de comprender.