El pasado 5 de febrero, las Facultades de Teología y Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra celebraron el día de su Patrón, Sto. Tomás de Aquino, invitando al profesor Enrique Martínez García, Profesor Titular de la Universidad Abat Oliba CEU (Barcelona) y miembro ordinario de la Pontifica Academia de Santo Tomás, a pronunciar la conferencia "La educación, una comunicación de bien". En la presentación el profesor Sergio Sánchez-Migallón, decano de la Facultad Eclesiástica de Filosofía, puso de manifiesto el querer de las dos Facultades: que ese acto fuera en homenaje al profesor Miguel Lluch, fallecido tres días antes.

El ponente hizo notar que la fecha del 5 de febrero está a caballo entre la conmemoración del 28 de enero,  aniversario del traslado de las reliquias de Sto. Tomás de Aquino y el 7 de marzo, su dies natalis.

El profesor Martínez centró su exposición en cuatro aspectos: el fundamento de la educación, la promoción de la virtud como su esencia, la necesidad de la gracia y el modo concreto en que se debe educar en la sabiduría. Siempre a partir de textos de Sto. Tomás.

El bien es difusivo de sí. En la Suma Contra Gentiles Sto. Tomás destaca que cuanta más alta es la naturaleza, más íntimo es lo que de ella emana. Explicó los distintos grados: vida inanimada, plantas, animales, hombres, ángeles, Dios. El bien también tiende a comunicar su perfección, que es su bondad. "Todo maestro es ministro de la providencia divina porque la acción de iluminar a otro, enseñar, es la vía por la que resplandece la acción del gobierno divino en el mundo", señaló el profesor Martínez.

Resumió la esencia de la educación como la inclinación del hombre a su  propio perfeccionamiento (STh, I-IIª q. 94); "la búsqueda de la verdad acerca de Dios y a vivir en sociedad. La inclinación natural a la virtud y a la generación y educación de la prole: esta es la definición de educación, después asumida íntegramente por Pío XI", aseguró.

El ponente mostró cómo los padres nos dan el ser, el alimento y la educación. El hijo no puede ser criado e instruido sin unos padres anónimos y dispuestos a serlo. El hombre es perfecto cuando está educado. (Comentario a la carta de San Pablo a Timoteo, 3). "La educación se realiza por medio de la palabra; de hecho hay una inclinación natural a la palabra. Si unimos todo lo dicho, nos encontramos también con una inclinación natural a la familia. Y a ser educado por medio de la palabra", afirmó.

Finalmente Enrique Martínez trazó los modos concretos de educar en la sabiduría, para lo que se basó en el sermón Puer Iesu. Hace falta que el interesado "escuche de buen grado. No solo a unos sino a varios. Y luego juzgue por sí mismo lo que oye. Que inquiera con diligencia y busque con afán. Que medite con atención. Este es el modo de crecer en sabiduría", concluyó.