Javier Aranceta, profesor del Grado en Nutrición Humana y Dietética, deja la Facultad de Farmacia y Nutrición
A lo largo de los últimos 30 años ha impartido clases en la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarra. Son cientos los alumnos que han podido disfrutar de sus explicaciones y han podido aprender de su experiencia y conocimientos
06 | 05 | 2021
Javier Aranceta Bartrina es doctor en Medicina y Nutrición, concretamente, especialista en Medicina preventiva y Salud pública. Además es Presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco, y ha publicado más de 25 libros y casi 500 artículos de su especialidad.
Durante 30 años ha sido profesor de la Universidad de Navarra, impartiendo las asignaturas de Nutrición y Salud Pública, y Nutrición Comunitaria. Cinco alumnas a las que dió clase, forman parte desde hace años del claustro de profesores del Grado de Nutrición Humana y Dietética.
Desde joven, Javier siempre se ha interesado por el mundo de la medicina y la nutrición. Por ello, a los 18, decidió cursar los estudios de medicina. Una vez finalizados dichos estudios quiso especializarse en nutrición. Por esa razón realizó un Doctorado en nutrición que le permitió dedicarse desde ese momento a su vocación.
Sobre sus inicios en la Universidad, fue una casualidad que acabará dando clase aquí, “comencé mi andadura universitaria en 1991. Al principio impartía dos asignaturas, Nutrición y salud pública, y Nutrición Comunitaria. Así estuve a lo largo de 15 años. Sin embargo, con el paso del tiempo, acabé centrándome solo en Nutrición Comunitaria. Ambas asignaturas eran semestrales y obligatorias en el plan de estudios”.
Han sido muchas las experiencias y las anécdotas que ha vivido Javier en la Universidad. “Sin duda, la cercanía, la buena organización y la buena comunicación con los alumnos es lo que más destaco de estos años”. En general, el recuerdo hacia todos los alumnos es muy bueno por parte de este emblemático profesor. Docente que supo inculcar, en las diferentes generaciones a las que pudo dar clase, afán de servicio y deseo de superación.
A pesar de todos los buenos momentos vividos, también ha sido una experiencia exigente, dura y a la que ha tenido que dedicarle muchas horas. Aún así, Javier nos cuenta que, “ha sido una experiencia muy gratificante a todos los niveles, pero también exigente. Al final, yo vivo en Bilbao, he tenido que hacerme el recorrido para ir a Navarra y volver todos los días que daba clase. Esas dos horas de ida y vuelta exigen mucho, especialmente cuando das las clases por la tarde y muchas noches me tocaba volver a casa con nieve en la carretera”.
Javier no volverá a dar clases en la Universidad, pero eso no significa que vaya a dejar de trabajar. Seguirá metido en proyectos de diferente envergadura siempre pensando en las necesidades y el bienestar de nuestra sociedad.