El respeto a la libertad religiosa es un elemento legitimador del sistema democrático, según una jurista de la Universidad de Navarra
El respeto a la libertad religiosa es un elemento legitimador del sistema democrático, según una jurista de la Universidad de Navarra
Asunción de la Iglesia participó en un seminario del Instituto de Antropología y Ética, junto al filósofo Sergio Sánchez-Migallón y al sociólogo Alejandro Navas
El Instituto de Antropología y Ética (IAE) de la Universidad de Navarra organizó un seminario interdisciplinar bajo el título ‘Cultura actual y Cristianismo'. La actividad contó con la intervención de Sergio Sánchez-Migallón, director del IAE y profesor de la Facultad Eclesiástica de Filosofía; Alejandro Navas, profesor de Sociología en la Facultad de Comunicación; y Asunción de la Iglesia, profesora de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho.
Sergio Sánchez-Migallón, director del IAE, durante su intervención. |
Foto: Manuel Castells |
La ética actual, tras la herencia de la Modernidad y la Posmodernidad
En primer lugar, y tras presentar el seminario, intervino Sergio Sánchez-Migallón, quien explicó los principales rasgos de la Modernidad y la Posmodernidad para conocer su influencia en la actual situación de la ética y el Cristianismo.
De la Modernidad destacó tres características: el distanciamiento del hombre con respecto a la naturaleza, el ideal de emancipación con respecto a la naturaleza y a los vínculos sociales, y el ideal de progreso racional. En cuanto a la Posmodernidad, hizo hincapié en la reacción de esta corriente con respecto a la anterior. Así, mencionó la crítica de la primacía y el universalismo de la razón, ante lo que la Posmodernidad propone un pensamiento débil que se traduce en la relativización de la verdad, la desconfianza, y la negación del compromiso; y, al final, la eliminación del sujeto y su responsabilidad, disolviéndolo en instintos o estructuras sociales.
Según afirmó, actualmente "la ética intenta mantener ideas modernas y posmodernas, pero ese equilibrio no funciona. El Cristianismo, que propone una verdad espiritual y objetiva, es visto como algo extraño y fundamentalista por esta cultura que niega la verdad, la historia y el sujeto".
Como solución, el profesor de la Facultad Eclesiástica de Filosofía apuntó dos ideas: "Por un lado, hay que aceptar otras formas de conocimiento y experiencia además de la ciencia, como es el caso de la religión. Por el otro, se trata de admitir que el hombre tiene otros fines más allá de su interés egoísta; sólo esto le puede devolver su confianza en sí mismo y en Dios". En ese sentido, señaló que el Cristianismo es la mejor muestra de esto, ya que "propone experiencia de vida verdadera y sostiene que el hombre es y está llamado al amor".
"Nos encontramos ante un enorme desafío cultural -recalcó-. Debemos transformar la visión del Cristianismo para que deje de considerarse como algo peligroso y obsoleto y se perciba como el remedio". Y en ese proceso, insistió en que "su vigencia no es tanto una cuestión de número de creyentes cuanto de credibilidad personal y cultural, racional y testimonial".
La religión desde la Sociología
Por su parte, Alejandro Navas presentó desde la Sociología las posturas de algunos investigadores de este campo sobre qué es la religión, las funciones que se le atribuyen y sus roles en la sociedad.
El profesor de la Facultad de Comunicación habló de las implicaciones del proceso de secularización, entendida como la independencia de distintos ámbitos sociales (política, economía, arte…) con respecto a la tutela religiosa. "Quedan de manifiesto las carencias de esa cultura alejada de Dios. Los ámbitos emancipados muestran barbarie: egoísmo, codicia, diferencia entre ricos y pobres… Para luchar contra esto se demanda la ética, los valores y los principios que inspiran conductas humanas".
"Contrariamente a las expectativas -apostilló-, en Occidente la religión persiste y precisamente el país más avanzado, EE.UU., es el más religioso. Aunque aquélla ha perdido vigencia, un porcentaje considerable de gente se considera religiosa".
Por último, con referencia a la exposición del director del Instituto de Antropología y Ética, el profesor Navas comentó que "la Iglesia católica ha hecho las paces con la Modernidad. Así, en el siglo XX es la defensora de la democracia, la justicia y los derechos humanos, especialmente entre los más desfavorecidos".
El diálogo entre Derecho y Religión
La profesora de la Facultad de Derecho Asunción de la Iglesia centró parte de su intervención en los conflictos entre el deber legal y la libertad religiosa. "Cada vez con más frecuencia las leyes -indicó- establecen obligaciones que pueden entrar en colisión con las convicciones religiosas. Ahí se la juega el sistema democrático".
"Es preciso encontrar fórmulas que ayuden a resolver con justicia y equilibrio el problema entre obligación legal y profesión de un credo. Si bien hay que velar por la observancia de las normas y su cumplimiento, también hay que garantizar la libertad religiosa -que está en la Constitución- y que limita la acción del poder público que debe garantizarla dentro del orden público y el respeto a la dignidad de la persona", comentó.
La profesora De la Iglesia insistió en que "la libertad religiosa no es un derecho de segundo orden, o simplemente tolerado, sino que es un derecho fundamental. Y el respeto a los derechos y libertades fundamentales constituye un elemento legitimador de la democracia. Por eso, reivindicar la libertad religiosa es también contribuir a reforzar la legitimidad del sistema democrático".
Por otra parte, la jurista se refirió en concreto a que en la cultura actual ‘de bienestar' se han formulado algunos "nuevos derechos" que responden a un individualismo exacerbado -ofrecidos como libertad de decidir, incluso frente a la vida de otros-. "Eso, inevitablemente, es fuente de gravísimos conflictos cuando para atender a esos nuevos derechos se obliga a participar con actos necesarios incompatibles con las obligaciones derivadas de la libertad religiosa. En este contexto es necesario el diálogo y el respeto de partida a la libertad religiosa".