Los españoles prefieren que sea niña, de raza blanca y procedente de los países del Este. Es la moda que siguen en los últimos años los padres que desean adoptar a un hijo, según dijo en la Universidad de Navarra el catedrático de Psiquiatría Aquilino Polaino. "Niña, porque parece que son más tranquilas; de raza blanca, por miedo a llamar la atención; y de los países del Este, porque es la moda. Lo natural sería acudir a Hispanoamérica, por afinidad cultural". El experto participó en un curso sobre "Adopción: aspectos psicopedagógicos y marco jurídico", organizado por el departamento de Educación de la Universidad de Navarra.

En España, la cifra de niños adoptados en el extranjero es mucho mayor que la nacional. Según el profesor Polaino, "en España ya no quedan niños en listas de espera, porque no nacen. Es una de las contradicciones culturales de nuestra sociedad: el número de abortos continúa su marcha, pese a que hay padres que ansiarían adoptar a esos niños".

El psiquiatra explicó que "los organismos están más sensibilizados frente a estos temas, y se está agilizando mucho la adopción internacional". Para estos casos, advirtió de que "a partir de los cuatro años, los niños procedentes de otras culturas pueden sufrir dificultades sobreañadidas al propio proceso adoptivo".

"La adopción -continuó Polaino- es intentar ayudar a una persona que necesita ayuda. Se debe quererla por sí misma y como quien es, con todos sus riesgos biológicos y psicopatológicos". En este sentido, lamentó que "no son pocas las personas que frustran su impulso natural a la adopción por entender que ello menoscaba y limita su libertad".

Certificado de idoneidad

Asimismo, consideró necesario "enseñar a la gente que se puede adoptar niños con alguna deficiencia o minusvalía -casos en los que se agiliza mucho el proceso de adopción-. Los seres desvalidos y con una carga patológica son los que están más necesitados de la paternidad".

En España se exige a los padres adoptivos un certificado de idoneidad, con el que se garantizan unas condiciones mínimas que aseguran que los adoptantes "no abusan de las drogas o el alcohol, no sufren depresiones graves, tienen un mínimo de formación cultural y una dotación económica suficiente". También es necesario un equilibrio armónico en la pareja. En este punto, Polaino señaló que "un niño nunca es la solución a los problemas del matrimonio".

Entre las causas de los fracasos en las adopciones, están los padres "muy ansiosos, perfeccionistas o sobreprotectores. También hay quienes tienen el complejo de que el niño lo han robado a otra familia". El catedrático de la Universidad Complutense resaltó la importancia de realizar cursos de formación previos a la adopción, que facilitan el desarrollo posterior de la familia.

En su ponencia, Polaino resaltó que los niños adoptados son ligeramente más sensibles a sufrir trastornos de ansiedad y cuadros depresivos: "En el origen suele haber una madre biológica maltratada, un ambiente violento, drogas, rechazo familiar etc. Todo el apego afectivo del niño, que es fundamental para la identidad y armonía personal, se rompe". Según el especialista, pueden existir depresiones en el primer año de vida, que a veces necesitan medicación.