Gabriel de Biurrun continúa su investigación desde el garaje de su casa.

En el departamento de Biología Ambiental se estudian “bichos” de muy diferente índole. Gabriel de Biurrun es doctorando de este departamento y realiza la investigación sobre arañas de Navarra. Gabriel nos cuenta que ha instalado una lupa  en el garaje de su casa. “A la lupa le acoplé una cámara y una Raspberry. Con eso y un poco de programación con Python puedo hacer fotos y determinar ejemplares para mi tesis”.

Gabriel lleva bien el aislamiento y dedica algunas horas a la investigación aunque tiene que compatibilizar el estudio con su vida familiar y laboral. “Aprovecho mis ratos en el garaje, donde tenemos el "txoko de la música". Allí, en una pequeña mesa, acomodo la lupa y el ordenador para ir determinando arañas y escribiendo la tesis y los artículos. Nunca son tantas horas como me gustaría”.

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Sandra Pérez muestra un bote con un pupario de la mosca Calliphora vicina.

Sandra Pérez es alumna del programa de doctorado de Ciencias Naturales y Aplicadas del departamento de Biología Ambiental. Sandra realiza su tesis sobre “Ácaros asociados a los órdenes Diptera y Coleoptera en muestras de interés forense”. La joven estudiante nos explica que su investigación está centrada en “conocer la diversidad de ácaros presentes en muestras con interés forense (cadáveres, alimentos contaminados, tráfico de mercancías, etc.) y sus redes de interacción con las moscas y escarabajos que los transportan”.

Aunque en su rutina habitual de trabajo Sandra trabaja con “bichitos” (así se refiere Pérez a la muestra de su investigación), ahora se está adaptando bien a la nueva situación aprovechando para escribir la tesis. “Tengo más tiempo para ver películas, series, disfrutar de la compañía de mis padres y ayudar en las tareas domésticas. Lo que sí he aumentado es el uso de redes sociales ya que ahora el contacto con mis amistades lo mantengo a través de las pantallas”.

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Carlos Bejines escribe su tesis. Al fondo de la imagen, la bicicleta con la que suele hacer deporte.

“La Lógica difusa recoge toda aquella información vaga, incompleta y borrosa que la lógica clásica no es capaz de manipular. A través de operadores matemáticos, esta información se procesa y se obtienen datos precisos para así, ser aplicados en campos como el tratamiento de imágenes, la toma de decisiones o la programación”. Carlos Bejines es alumno de doctorado del departamento de Física y Matemática Aplicada. Realiza su tesis sobre operadores de la lógica difusa en estructuras algebraicas.

En su último año de doctorado, Carlos está aprovechando el período de confinamiento para escribir la tesis y leer artículos relacionados con su campo de estudio. Bejines intenta compaginar su trabajo de investigación con ejercicio físico y la práctica de su deporte favorito: el ajedrez. “Suelo jugar al ajedrez en páginas online con otra gente y asistir a alguna clase de ejercicios físicos que mi gimnasio propone en formato de video. Las redes sociales y Netflix son también poderosas aliadas en este insólito periodo”.

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Adriana Cortés aprovecha estos días para leer artículos relacionados con su campo de estudio.

Adriana Cortés pertenece al departamento de Bioquímica y Genética de la Facultad. La tesis de Adriana, adscrita al programa de doctorado en Medicina Aplicada y Biomedicina, está relacionada con la enfermedad cardiovascular. “Estudio el efecto que tiene la expresión de la NADPH oxidasa 5 (NOX5) humana en un modelo animal de ratón transgénico. Mi tesis consiste en la identificación de las alteraciones que esta expresión puede causar en diferentes situaciones patológicas como puede ser la hipertensión o el infarto”.

A pesar de que la joven investigadora reconoce que esta situación de confinamiento se le está haciendo “cuesta arriba”, está aprovechando el tiempo en múltiples tareas: desde labores domésticas pendientes, hacer ejercicio para mantener la forma, o escribir artículos para su investigación. “Ahora lo que me toca es agrupar los resultados obtenidos, ordenarlos y darles un buen formato para poder publicar”.

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Joan Puig se ha adaptado a la nueva situación desde el comienzo de la crisis sanitaria.

Joan Puig está lejos de su laboratorio y esto puede ser un inconveniente para los que realizan experimentación en la tesis doctoral. “Estos días de confinamiento estoy aprovechando para seguir avanzando en la tesis. Estoy en el último año y, afortunadamente, la gran mayoría de experimentos ya están hechos. Ahora dedico el tiempo a analizar datos y empezar a escribir la tesis. También aprovecho para hacer algo de deporte en casa y hablar con muchos amigos y familiares”.

Joan pertenece al departamento de Química de la Facultad y su tesis consiste en “caracterizar los sistemas poliméricos TPGS y Tetronics, sus combinaciones y su asociación con ciclodextrinas, con el objetivo de generar nano-portadores con distintas características y aplicaciones”.

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Maite Loperena conecta por videollamada con otros investigadores con los que tiene proyectos en común.

Maite Loperena pertenece a ese grupo de investigadores que ponen su énfasis en el estudio de enfermedades olvidadas como hicieran en su día Leticia Lázaro o Yadira Pastor –entre otros-. La tesis de Maite está orientada a desarrollar una vacuna frente a la brucelosis y consiste en “comparar Brucella con otras bacterias no patógenas de la misma familia, con el fin de conocer mejor su evolución y mecanismos de virulencia”.

Maite Loperena, doctoranda del departamento de Microbiología y Parasitología, realiza muchas actividades para completar el día. “Después de las horas de trabajo toca un rato de ejercicio, iniciarse en la repostería o ver alguna serie. Procuro abstraerme de la tromba de información que circula por las redes y disfruto de pequeñas cosas que en la vida normal ni les presto atención”.