El director del Patrimonio Fotográfico de Francia, en la Universidad
Pierre Bonhomme visitó el Legado Ortiz-Echagüe, acompañado de David Balsells, experto en fotografía del Museo Nacional de Arte de Cataluña
"Las fotografías de José Ortiz-Echagüe tienen un gran valor documental, porque es un acercamiento sin sentimientos, una aproximación prácticamente objetiva y con una gran precisión. Pero, además, algunas tienen también un lado surrealista porque son, en cierto sentido, un punto de partida hacia lo imaginario". Es la opinión de Pierre Bonhomme, director del Patrimonio Fotográfico de Francia, que visitó el Legado Ortiz-Echagüe de la Universidad de Navarra, junto a David Balsells, del departamento de Fotografía del Museo Nacional de Arte de Cataluña.
"Son imágenes con gran valor histórico y mucha calidad, tanto desde el punto de vista estético como del soporte", subrayó Pierre Bonhomme.
"Conocía parte de la colección, pero con esta visita he tenido ocasión de contemplarla al completo", indicó. "Hace dos años presentamos parte del Legado Ortiz-Echagüe en París, y tuvo una acogida muy buena, incluso mejor de la que habíamos esperado en un principio. En Francia es un fotógrafo conocido, sobre todo en el ámbito de los especialistas y los historiadores", recordó Pierre Bonhomme, y señaló que "no sólo tuvimos muchas visitas, sino que el libro sobre la obra de José Ortiz-Echagüe se vendió muy bien. Tanto que al cabo de un mes la edición francesa se había agotado".
Luchar por el reconocimiento de la fotografía como arteEl director del Patrimonio Fotográfico de Francia insistió en que "lo importante es que los archivos se mantengan en buenas condiciones, que se gestionen y se cuiden para poder ser difundidos. Se pierden muchas imágenes, bien porque se destruyen o bien porque, al estar mal conservadas, desaparecen con el tiempo".
David Balsells, experto en fotografía del Museo Nacional de Arte de Cataluña, se mostró de acuerdo con esta idea, y destacó la necesidad de luchar por el reconocimiento de la pintura como un arte al nivel de la escultura o la pintura. "Cuando yo llegué en 1996 al Museo Nacional de Arte de Cataluña, no había ni una sola fotografía. Pero este no era un caso aislado, sino generalizado en el panorama español. Por este motivo hay que ir avanzando en el status de la fotografía, cuyo reconocimiento se remonta a unos 15 ó 20 años aproximadamente. Lo malo de este arte es que está rodeado de disciplinas que no lo han tenido demasiado en cuenta", matizó.