“El mundo está cambiando porque cambian los entornos tecnológicos y económicos, y esto influye en la manera en la que los humanos trabajamos” apuntó Santiago García, refiriéndose al futuro del trabajo y los retos que habitan en él, sobre todo, para los que quieren dedicarse al ámbito de la gestión de personas.

García definió el nuevo panorama como un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo en el que “todo está sucediendo muy rápido”. El ponente destacó la importancia de profundizar sobre “los futuros posibles” para adelantarse a estos, pues los cambios que estamos viviendo “ya no son lineales, sino exponenciales”. Asimismo, quiso destacar algunas realidades del marco social a tener en cuenta en la gestión empresarial como el factor demográfico, la desconfianza general que existe hacia las instituciones y el fenómeno de la posverdad.

El empresario afirmó que en este contexto “la ventaja competitiva consiste en ser una organización responsable, que sepa adaptarse constantemente a los cambios”. Además, las empresas tradicionales “tendrán aprender a trabajar con métodos ágiles y procesos cortos asegurándose que están respondiendo a las verdaderas necesidades del cliente que también pueden ir cambiando”. 

Asimismo, el directivo apuntó que la clave del management “está en la capacidad de reinventarse” para lo que es preciso aprender a tomar decisiones en un mundo “complejo y caótico”, donde ya no es fácil encontrar la relación causa-efecto: “estamos pasando de un mundo de análisis a otro de experimentación”.

Santiago García resaltó la importancia de que las empresas dejen a un lado los objetivos realizables y pasen a tener objetivos “aspiracionales” porque “lo que hacen las grandes empresas es soñar, planteándose retos difíciles sin frustrarse si no los alcanzan”.