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"El embrión ficticio: Historia de un mito biológico"

El Dr. Gonzalo Herranz realiza en este libro un análisis serio y documentado de los principales argumentos biológicos sobre realidades bioéticas

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Portada del libro.
FOTO: Universidad de Navarra
08/11/13 11:50 Laura Latorre

Cuando, hace unos años, muchos países se preparaban para legislar sobre técnicas de reproducción asistida, experimentación embrionaria y células troncales, se mantuvieron en los medios de comunicación social y en las publicaciones académicas debates intensos y porfiados entre científicos, filósofos, teólogos y juristas. Lamentablemente, esas disputas solían partir de una información embriológica poco contrastada, que, vista de cerca, resulta ser de poco fundamento  y frecuentemente ficticia.

El autor realiza en este libro un análisis serio y documentado de los principales argumentos biológicos usados en aquellos debates: la irrelevancia de la fecundación, la inexistencia de embrión en las primeras fases del desarrollo, la gemelación monozigótica, la formación de quimeras tetragaméticas, la totipotencialidad de los blastómeros, la masiva pérdida de embriones muy jóvenes. Y concluye que tales argumentos no sólo son endebles y no prueban lo que afirman, sino que constituyen en su conjunto un ejemplo paradigmático de como una biología débil lleva necesariamente a una bioética engañosa.

¿Cuál es el origen del libro?
El autor lo explica de la siguiente manera: "La idea nació hace unos años, cuando, ya libre de muchas obligaciones docentes y profesionales, pensé que era necesario revisar críticamente los datos, las ideas y las interpretaciones que en los libros de embriología, genética y obstetricia se daban sobre el embrión muy joven, y, más en concreto, los argumentos que se manejaban a favor del concepto de preembrión. Esos argumentos decían, por ejemplo, que durante los primeros 14 días del desarrollo era posible que el embrión se dividiera en dos o más gemelos; o que dos embriones dizigóticos se fusionaran en una quimera tetragamética. Un día me pregunté: ¿dónde está eso demostrado?, ¿quién ha observado y descrito esos procesos? Y me encontré, después de mucho buscar, que esas demostraciones y esas descripciones no aparecían por ninguna parte.

Las ideas que circulaban y que todos repetíamos como reflejo de la realidad observada habían nacido como meras suposiciones, que, gracias a un proceso de repetición, pasaron de ser simples  lucubraciones a convertirse en hechos indiscutidos. Hacer esa historia ha sido una aventura muy atrayente, pero que ha exigido incontables horas de búsqueda: menos mal que Internet es una ayuda colosal.

He de añadir que la motivación, aunque primariamente científica, no estuvo de espaldas a mi fe cristiana. Creo firmemente en que no puede haber contradicción entre los datos de la ciencia y la visión cristiana del hombre: en este caso, con la visión cristiana del embrión como ser humano desde que es concebido al término del proceso de la fecundación".

*Gonzalo Herranz es médico y catedrático emérito de Anatomía Patológica. Fue profesor de Anatomía Patológica, de Ética Médica y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad y ha sido presidente de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial.

Asimismo, representó a España en la Asociación Médica Mundial, fue vicepresidente del Comité Permanente de Médicos Europeos y miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO.

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