Tras las huellas de san Josemaría

Sumergirse en la formación de una persona es clave para comprender los elementos que moldearon su vida. En el caso de san Josemaría Escrivá, conocer su paso por el colegio, su desarrollo académico, sus consejeros espirituales y los libros que le rodearon nos permite comprender más profundamente al santo de lo ordinario.

José Luis Illanes destacó que el aprecio de san Josemaría por la actividad intelectual y todo lo relacionado con ella era uno de los rasgos más distintivos de su personalidad y su espíritu.  Esta apreciación se fortaleció a lo largo de su formación académica, la cual incrementó su estima por el mundo del conocimiento. En la década de 1930, incluso consideró la posibilidad de obtener una cátedra universitaria, consciente de su importancia intelectual y apostólica. Sin embargo, pronto advirtió que ese no era su camino, ya que Dios le pedía que se dedicara por entero a la promoción del Opus Dei y a la difusión del mensaje sobre la santificación en medio del mundo.

A lo largo de su vida, san Josemaría mantuvo un profundo aprecio por la ciencia, la difusión del conocimiento y las instituciones universitarias. Estos cinco artículos publicados en la revista 'Studia et Documenta', disponibles en la Biblioteca Virtual del Centro de Estudios Josemaría Escrivá, nos adentran en la formación del fundador, sus inquietudes y sus amigos que lo acompañaron en ese camino.

1) Josemaría Escrivá de Balaguer y el colegio de las Escuelas Pías de Barbastro (1908-1915)

El primer texto seleccionado, de Martín Ibarra, nos transporta a los años iniciales de san Josemaría en el colegio de las Escuelas Pías de Barbastro, donde comenzó sus estudios primarios en 1908. Más tarde, en 1915, superó una prueba de ingreso en Huesca para cursar el bachillerato. Continuó su formación en el Instituto General y Técnico de Logroño y complementó sus estudios con clases vespertinas en el Colegio de San Antonio de Padua, algo habitual en esa época. Este artículo nos aporta datos históricos sobre esos años, las prácticas de piedad que aprendió en el colegio, sus profesores y compañeros, y sus primeros pasos en la vida sacramental.

2) Los estudios de Derecho de san Josemaría en la Universidad de Zaragoza (1918-1924)

En el segundo artículo, Juan Francisco Baltar explora los estudios de Derecho de san Josemaría en la Universidad de Zaragoza, durante los años 1918-1924. Tras finalizar el bachillerato, inició sus estudios eclesiásticos y, por consejo de su padre, la carrera de Derecho. Se trasladó a Zaragoza en septiembre de 1920, donde completó la formación sacerdotal en la universidad pontificia y estudió en la Facultad de Derecho. El texto analiza el paso de Escrivá por la Universidad de Zaragoza, describe la situación de la Facultad de Derecho a comienzos del siglo XX, detalla los programas de las asignaturas, los estudios preparatorios que realizó y explora su relación con compañeros y profesores, considerando su condición de sacerdote y alumno.

3) El doctorado de san Josemaría en la Universidad de Madrid (1927-1934)

El tercer artículo, escrito por Pedro Rodríguez, nos adentra en el doctorado de san Josemaría en la Universidad de Madrid durante los años 1927-1934. En 1927, después de obtener su licenciatura en Derecho, solicitó el traslado de su expediente académico a Madrid para comenzar su doctorado en la Universidad Central (actualmente Universidad Complutense). La investigación que inició en esos años se perdió durante la guerra, por lo que encauzó su tesis sobre la peculiar jurisdicción canónica de la Abadesa de las Huelgas (Burgos). Este artículo entrelaza las distintas etapas de su trabajo doctoral con otros aspectos esenciales de su vida, como su labor pastoral, su búsqueda para incardinarse en Madrid y su constante atención al desarrollo del Opus Dei.

4) Sacerdotes en el acompañamiento espiritual de san Josemaría Escrivá (1930-1944)

A lo largo de su vida, san Josemaría entabló amistad con numerosos sacerdotes, algunos de los cuales también le asistieron espiritualmente. El cuarto artículo, escrito por Constantino Ánchel, explora estas relaciones en un orden cronológico y geográfico; divide la vida de Escrivá en tres épocas, desde su infancia en Barbastro hasta el Madrid de la posguerra; y destaca la importancia de estos sacerdotes en su vida. Al inicio de cada periodo, se ofrecen pinceladas acerca de su vida en esos momentos.

5) La formación de la biblioteca de san Josemaría Escrivá de Balaguer (1937-1975)

El último artículo es de Jesús Gil Sáenz, quien analiza la formación de la biblioteca de Josemaría Escrivá entre 1937 y 1975. Esta colección creció en Madrid y fue trasladada a Roma en 1953, donde se ubicó definitivamente y continuó enriqueciéndose hasta alcanzar en el momento de su muerte en torno a 2.500 volúmenes. Jesús Gil Sáenz analiza esta colección bibliográfica y su utilidad formativa, pastoral y espiritual. Además, ofrece información relevante sobre unos 150 autores y títulos, así como otros datos que nos permiten explorar el uso que Escrivá hacía de estos libros.