El comisariado, desde dentro: un verano de prácticas profesionales
Los alumnos de la primera promoción del Master in Curatorial Studies han realizado prácticas en distintos museos y centros de artes españoles e internacionales
La filosofía Learning by doing (Aprender haciendo) es una de las máximas del Master in Curatorial Studies. Desde el inicio del posgrado, los alumnos se convierten en residentes en el Museo Universidad de Navarra durante nueve meses en los que, además de las clases teóricas, conocen y forman parte de las distintas áreas del museo a través de la asignatura práctica Museo Lab. Además, tras su graduación el pasado mayo, los 24 estudiantes comenzaron su periodo de prácticas en diferentes museos, centros de arte e instituciones culturales de España o países como Estados Unidos, Italia, Reino Unido o México, entre otros.
Gracias a este periodo, los alumnos han tenido la oportunidad de conocer distintos proyectos artísticos y poner en práctica conocimientos adquiridos en el máster. La santanderina Cristina Esteras, de 24 años y graduada en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ha viajado a Nueva York para completar su formación.
Allí, en la que para muchos es la capital mundial del arte contemporáneo, ha trabajado como asistente de exposiciones en el Bronx Museum, ubicado en el genuino barrio del que toma su nombre. “He aprendido mucho tanto de las prácticas como de la ciudad. Vivir aquí durante unos meses me ha permitido disfrutar de la amplia oferta de la ciudad con tiempo, conocer artistas, redescubrir obras, visitar varias veces un mismo espacio y espacios expositivos más pequeños con sedes y localizaciones poco convencionales”, explica.
Durante su estancia, ha participado en la producción de la exposición The life and times of Alvin Baltrop, trabajando con los materiales del artista que se donaron al Museo. “El mayor reto ha sido tener un sentido claro del lugar, conocer el contexto del museo y, en consecuencia, pensar cómo diseñar su programación. Al colaborar en las exposiciones, hablar con el personal del museo y la gente del barrio he conocido cómo el barrio y este centro se insertan en la ciudad”.
APRENDER Y REFORZAR CONOCIMIENTOS
Para Juan Antonio Robles, arquitecto de 29 años procedente de Guatemala, la experiencia ha sido “única”: “La Fundació Per Amor a l’Art me abrió sus puertas y me dejó formar parte del equipo de trabajo de su centro Bombas Gens (Valencia). Mis prácticas se enfocaron al área de exposiciones pero también pude ser parte de algunas actividades de su centro joven, tareas administrativas… Me enriquecí y adquirí muchos conocimientos nuevos y otros que han reforzado lo aprendido en el máster”.
Robles conoció este centro gracias a su directora, Nuria Enguita, profesora del posgrado, quien compartió con los alumnos la historia de este proyecto. “Quedé enamorado, no solo porque el museo se encuentra en una antigua fábrica totalmente reformada, un proyecto arquitectónico increíble, sino también por su filosofía de trabajo. Es un centro que involucra a su entorno inmediato y tiene proyección hacia la comunidad. Allí conviven también el arte contemporáneo y la historia”.
Para él, uno de los principales retos ha sido su trabajo en la organización y montaje de la muestra Herencias. Las Alquerías de la Huerta de Valencia. “Fue la primera vez que tuve contacto con piezas arqueológicas. Trabajar junto a Paloma Berrocal, encargada del área de Arqueología, fue un privilegio, pues me enseñó a manipular, clasificar y documentar objetos históricos, a la vez que me contaba la historia que tenían detrás. Lo disfruté mucho”.
ENFOCAR EL CAMINO
Para Teresa Reina, donostiarra de 24 años y graduada en Periodismo e Historia, y Fátima Vicente, barcelonesa de 23 años y graduada en Filosofía, las prácticas también han sido una experiencia enriquecedora. Reina viajó a Venecia para trabajar en el departamento de Mediación Cultural del European Cultural Center: “He tenido la suerte de conocer la bienal. Es un entorno que llama mucho la atención por la convivencia de las expresiones artísticas más actuales con espacios clásicos, los típicos palazzos venecianos. Me ha encantado ver displays muy atrevidos y cómo se experimenta con otros formatos”.
Por su parte, Vicente, que realizó sus prácticas en The Barber Institute of Fine Arts (Birmingham, Reino Unido), subraya “la autonomía con la que he podido trabajar y la confianza que han depositado en mí. Desde que llegué, supe que tenía que hacer mío el proyecto, decidiendo de dónde quería partir y qué fuentes utilizar, supervisada por Robert Wenley, director de la Colección”. Asimismo, destaca su participación en un proyecto de investigación: “Ha sido muy interesante: la institución adquirió un cuadro de Francisco de Goya y Lucientes en 1940, cuando se aceptaba que se trataba de una obra del artista aragonés. Desafortunadamente, no lo es, así que estoy trabajando en acercarme lo más posible a quién es el autor, la mujer retratada y sus propietarios. ¡Toda una experiencia!”.
Ambas estudiantes coinciden en la experiencia positiva y el reto que ha supuesto realizar las prácticas en el extranjero, adaptándose a un contexto y costumbres distintas. Además, valoran la importancia de la gestión del tiempo, ya que, mientras en la investigación “no hay resultados inmediatos, nada va rápido”, como apunta Vicente, “el día a día del comisario va más rápido y debes tomar decisiones de forma eficaz”, apunta Reina.
En ambos casos, destacan también la aportación de estas experiencias profesionales a su futuro en el mundo del arte. “He aprendido a trabajar de forma autónoma y a abordar los temas desde múltiples perspectivas. También me ha servido para clarificar hacia dónde quiero enfocar mi futuro profesional”, señala la estudiante barcelonesa. “Como futura comisaria me ha regalado un cuaderno lleno de inspiración que espero poder usar pronto”, confía su compañera.