Un físico y una matemática llevan años intercambiando impresiones sobre qué deparará a empresas y profesionales un mañana protagonizado por la incertidumbre, la velocidad y la volatilidad. Pero ese mañana del que llevan tiempo hablando ha llegado de golpe a causa de la COVID-19. Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen Group España Distribución, y Rosa García García, expresidenta ejecutiva de Microsoft y Siemens y actual miembro del Consejo de Administración de Mapfre, Sener y Tubacex, compartieron sus reflexiones en el diálogo online ‘Adaptarse para triunfar’, organizado por Career Services de la Universidad de Navarra.

A Paco Pérez Botello y Rosa García, además de su formación en ciencias, les une una larga y fructífera trayectoria profesional en el mundo industrial y tecnológico. Su experiencia les lleva a reflexionar en torno a una pregunta: ¿va a desaparecer el mundo tal y como lo conocemos? “Es muy difícil saber hacia dónde vamos. El ejecutivo tiene que ser capaz de manejar y de vivir en esta incertidumbre. Hay una serie de cosas de las que no nos tenemos que preocupar, sino de las que nos tenemos que ocupar. Por ejemplo, de la salud de nuestros empleados, de mejorar la productividad, de no perder la relación con nuestros clientes… Tenemos que estar atentos para ver cuáles de estas cosas que están pasando han venido para quedarse”, comenta Rosa García. Paco Pérez Botello lo tiene claro: “Esto no es el fin del mundo. Llevamos ya años diciendo que el mundo del mañana se va a caracterizar por la volatilidad, la incertidumbre y la velocidad de cambio. Las empresas nos acabaremos adaptando”.

 

La sociedad está poniendo a prueba esa adaptabilidad de la que habla Paco Pérez Botello en su ámbito personal y profesional. Pero, ¿quiénes triunfarán? “Las empresas que tengan éxito serán aquellas formadas por personas con una enorme capacidad y velocidad de adaptación. Para mí el desarrollo de la adaptabilidad es un proceso que tiene dos fases: primero el autoconocimiento, sé muy honesto contigo mismo e identifica en qué eres bueno y en qué no tanto; segundo, exponte de una manera controlada pero constante a todo aquello en lo que no eres particularmente brillante. Seguramente no llegues a ser un crack en esa competencia en la que no eres tan bueno, pero en ese proceso de ir ampliando tu círculo de confort, se irá incrementando tu adaptabilidad y con ella también tus posibilidades de tener éxito en tu carrera profesional”, aconseja.

En un escenario tan incierto, potenciado por la COVID-19, es normal que surjan el miedo y la desesperanza, pero Paco Pérez Botello tiene un consejo para batir esos sentimientos: “No hay que mirar a la incertidumbre con pesimismo, porque si algo le caracteriza son las oportunidades. Es muy importante no tener miedo a equivocarse y ser muy rápido aprendiendo, pero más desaprendiendo. Hay muchas más oportunidades ahí fuera de las que parece”. Rosa García también se suma a los consejos de Pérez Botello: “Es muy importante creer en vosotros mismos, salid a buscar las oportunidades o creadlas, porque no van a llegar a vuestra casa. Solo aparecerán si os pillan trabajando, buscándolas”.

Las soft skills, protagonistas del futuro

Está claro que el mundo es cada vez más virtual, más tecnológico. Tal y como recoge Paco Pérez Botello, varios estudios afirman que el 70% de los puestos de trabajo que vamos a tener dentro de 10 años hoy no existen, y que la automatización se va a hacer con el 50% de los que tenemos hoy. “En este escenario, las soft skills van a ser las más importantes, porque lo que va a ser muy difícil automatizar es la empatía. En un mundo muy tecnológico en el que parece que las únicas carreras con futuro son matemáticos, físicos o ingenieros, yo creo que se ha producido un resurgir de las ciencias humanas. Seguramente hagan falta más filósofos y antropólogos de los que hay ahora. Por ejemplo, nosotros tenemos muchos antropólogos trabajando en la definición del coche autónomo”.

Según Rosa García, la educación tiene un papel clave a la hora de formar profesionales que no puedan ser sustituidos por máquinas: “Lo que no van a ser capaces de hacer las máquinas es innovar o empatizar con el cliente. Ese acto humano de comunicarnos seguirá siendo muy importante. Tenemos que ir adaptando la educación a los nuevos requerimientos, porque si no los niños serán siempre batidos por máquinas que serán capaces de recordar más y de calcular mejor”.

Un liderazgo transparente

El panorama de cambio que llevamos apreciando años con la tecnologización, la automatización y la globalización, se ha incentivado con la aparición de la COVID-19. Todos estos factores y retos también han influido en la forma en la que se lideran las compañías. “Hoy el liderazgo tiene que ser más auténtico y genuino, no puede haber diferencias entre lo que dices y lo que haces. Es algo que pide la sociedad, la tecnología, las redes sociales... Todo esto ha derribado los muros de hormigón de las compañías e instituciones y los ha sustituido por paredes de cristal absolutamente transparentes, de tal modo que, hoy en día, todo el mundo no solamente ve lo que pareces, sino que ve realmente lo que eres”, afirma Paco Pérez Botello.

La toma de decisiones en las grandes empresas también ha pasado de situarse en la cúpula, a hacerlo en la zona más cercana al cliente. “El mundo se ha complicado hasta tal punto que nadie tiene todas las respuestas. Los ejecutivos hemos tenido que coger una gran cantidad de humildad y asumir que no lo sabemos todo. Los nuevos líderes queremos que cuando un miembro del equipo crea que estamos tomando decisiones equivocadas, nos lo diga. Le daré las gracias, le preguntaré por qué con interés, y también lo consultaré con más gente para no tomar decisiones erróneas y encontrar la solución entre todos”, cuenta Rosa García.