Arquitectos y educadores piden a los legisladores más flexibilidad normativa para poder innovar
La mesa redonda: “Espacios que enseñan: arquitectura y educación” tuvo lugar en el nuevo campus de la Universidad en Madrid
Los cambios en las nuevas metodologías de aprendizaje están generando una reflexión profunda sobre la funcionalidad de los espacios educativos entre educadores y arquitectos. El acceso universal a la información permite a los docentes recuperar su esencia como maestros inspiradores y mediadores. En este entorno, la innovación en espacios educativos es prometedora. Arquitectos y educadores coincidieron en pedir ayuda a los legisladores para que desarrollen normativas más flexibles que permitan esta innovación.
Jose María Madrid Mateo, vicepresidente de la Fundación Arenales y los arquitectos Clara Eslava, José Ángel Medina y Mayka García-Hípola participaron en una mesa redonda titulada: “Espacios que enseñan: Arquitectura y educación”, celebrada en el nuevo campus de la Universidad de Navarra en Madrid, que inaugura en septiembre su sede de postgrado.“El acceso al conocimiento se ha universalizado, por eso hoy es más importante que nunca despertar el interés por el conocimiento y facilitar a los alumnos el acceso al conocimiento de forma crítica”, afirmó García-Hípola, subdirectora del Máster Universitario en Arquitectura de la Universidad de Navarra, que comenzará en Madrid en septiembre.
José Ángel Medina, uno de los arquitectos de la nueva sede de la Universidad de Navarra en Madrid, insistió en la necesidad de trabajar la diversidad de espacios para permitir distintas formas de aprendizajes que combinan la concentración y el intercambio con más o menos personas.
La arquitecta Clara Eslava, especialista en el diseño de espacios educativos infantiles, recordó la necesidad de ser flexibles en la creación de espacios que favorezcan el contacto con la naturaleza y la experiencia del alumno. “La mayor parte de los aprendizajes se producen en entornos informales. Como arquitectos, podemos contribuir a que los alumnos puedan percibir una mirada esférica de la realidad”. Eslava defendió la planificación de centros educativos integrados en entornos naturales que se conviertan en pulmones verdes de la ciudad.
La fundación Arenales cuenta con una veintena de colegios proyectados y 500.000 metros cuadrados en instalaciones, en este sentido, Madrid Mateo subrayó la importancia del espacio como palanca de aprendizaje para el profesor, además añadió que, lejos de extinguirse, los buenos profesores son los que no temen perder el monopolio del conocimiento. "Los buenos profesores tienen más sentido que nunca. Son la esencia del sistema y los espacios adecuados pueden ayudarles a desarrollar todo el potencial de sus alumnos".