"Tener la mejor formación tanto técnica como humana es clave"
"Ayudar es lo más gratificante que hay en la vida". Estas palabras, que pueden sonar a tópico, son, en el caso del doctor Alberto Lafuente, fruto de una experiencia más que dilatada. Su reciente estancia en Nepal ha sido la novena misión en cooperación internacional en la que ha participado.
Alberto Lafuente, médico especialista en anestesiología y reanimación en la Clínica Universidad de Navarra y profesor de la Facultad de Medicina, ha formado parte de un equipo de Médicos del Mundo que trabaja en el restablecimiento del servicio de atención médica del distrito de Ramechhap, ubicado a 5 horas al este de Katmandú.
- ¿Qué os habéis encontrado al llegar a Ramechhap? ¿Cómo es allí la situación?
La gran dificultad de esta urgencia, a diferencia de otras en las que he estado, está siendo conocer la situación real de las zonas rurales para poder llevarles la ayuda necesaria.
Ramechhap es un distrito de difícil acceso. En ocasiones no es posible llegar ni con 4x4 y hay que hacerlo caminando. En estos momentos, es uno de los tres distritos donde los hospitales han sufrido un colapso. Y aunque la afectación de las viviendas ha sido menor que en otros lugares, falta gran cantidad de tiendas y existen necesidades básicas de agua y alimentos.
- ¿En qué consiste vuestra labor? ¿Cuánto tiempo permanecerá el equipo allí?
Nuestra labor en este distrito ha comenzado por el análisis de las necesidades sanitarias de la zona, conociendo primero cómo funciona el sistema sanitario del país.
La fase de emergencia, por nuestra parte, casi ha finalizado. El propio sistema sanitario y la ayuda internacional ha sido capaz de asumir a los más de 17.000 heridos que ha causado el terremoto, la mayoría con lesiones traumáticas provocadas por el derrumbe de las viviendas de baja calidad.
Una vez terminada esta fase de emergencia, permaneceremos con un proyecto de desarrollo (9-12 meses), para conseguir normalizar, en la medida de lo posible, el sistema sanitario del distrito, donde se continúe potenciando la sanidad basada en salud pública (vacunación, dar a luz en los hospitales,…)
- ¿Qué crees que debemos saber los que estamos aquí, tan lejos? ¿Qué tipo de ayuda es ahora necesaria? ¿Qué podemos hacer?
Ahora mismo, en Nepal, lo que se necesitan son recursos materiales porque, en pocos días, comienzan los monzones y eso puede provocar mayor sufrimiento, si cabe, a todas las personas que han perdido sus casas.
Pero más allá de esta necesidad inmediata y concreta, creo que este tipo de catástrofes han de llevarnos a ser conscientes de que somos unos privilegiados. Tendríamos que aprender de estas situaciones en las que la gente más vulnerable sufre mientras nosotros tenemos un listado de prioridades artificial y poco coherente. Deberíamos comprometernos con las personas de nuestro alrededor para hacer la vida más fácil y apoyar aquellas medidas y acciones que favorezcan la ayuda a países con bajo IDH (Índice de Desarrollo Humanitario). Cada uno debe buscar su modo de ayudar, que es lo más gratificante que hay en la vida.
Y creo que las instituciones también deben comprometerse. La Clínica, por ejemplo, ha entendido que una forma de corresponsabilizarse con la ayuda a estos países es apoyarme a mí para que pueda desplazarme a esos lugares con necesidades agudas para intentar aportar todo mi conocimiento técnico y humano para la mejora de la situación.
También la asignatura de Medicina y Ayuda Humanitaria que imparto en la Facultad de Medicina es una apuesta y un reto por parte de la Universidad. Transmitir experiencia y conocimientos a los nuevos médicos es clave, ya que en esas misiones de cooperación, tener la mejor formación tanto técnica como humana es fundamental para poder actuar con la máxima calidad: no cualquier ayuda es válida.
Pienso que se debe potenciar y apoyar el derecho humanitario internacional.