Antonio López: "Cada taller es diferente y siempre surgen cosas inesperadas, pero nos une el amor y la dificultad por la pintura"
Antonio López y Juan José Aquerreta han comenzado este lunes a impartir la XIII edición del taller de pintura ‘Maestros de la figuración” en el Museo
Con su habitual sonrisa y entusiasmo, el pintor Antonio López ha recorrido este lunes los puestos del Mercado del Ensanche de Pamplona para comprar el material que emplearán para la XIII edición del taller de pintura Maestros de la Figuración, que se desarrolla desde hoy hasta el próximo viernes 14 en el Museo Universidad de Navarra.
Acompañado por su amigo y compañero de taller, el también pintor Juan José Aquerreta, ha adquirido una gran variedad de frutas y verduras, latas de conservas y encurtidos, huesos de ternera y jamón, huevos y ramos de peonías y lirios, entre otras flores de distintos colores y formas. El artista también ha comprado varios jarrones y recipientes para completar los bodegones que pintarán los participantes en el taller. “Se une lo más tierno, lo más bonito de la vida, que son las flores, con las cosas que nos alimentan, con lo que se han constituido los bodegones españoles”, ha apuntado López, quien aprecia mucho este mercado pamplonés: “Hay de todo”.
Como en ediciones anteriores, los participantes, también trabajarán la figura humana con modelos al natural, femeninos y masculinos. Este año, el de mayor participación, el taller cuenta con 30 alumnos, de distintas edades, formación y procedentes de ocho países: España, Australia, Portugal, Italia, Estados Unidos, Rumanía, Ecuador e Israel. “Cada taller es distinto, pasan cosas diferentes. Se trata de una reunión de pintores donde se habla y se pinta. Se pinta para hablar. Hay algún participante repetidor pero siempre se plantean cosas inesperadas y surgen según cómo va el cuadro y sus dificultades o facilidades”.
López, quien lleva impartiendo el taller ya trece años, subraya que es una oportunidad especial que le permite entrar “en contacto con personas unidas con por el amor y la dificultad de la pintura”. Para el artista, lo más importante es gozar de buena salud, ya que “el taller es un acto de generosidad y necesitas poder dar”.
Sobre el escenario en el que se imparte el taller, en un museo de arte contemporáneo, con obras abstractas de autores como Rothko, Palazuelo o Picasso, ha destacado que les une la pintura: “Nos casa la pintura, que es siempre la misma, un misterio que transmite unas emociones que no sabemos muy bien definir. Es una maravilla y nos une a todos los pintores, aunque sean de las épocas o estéticas más diferentes”.