Equiparar los disturbios en ciudades inglesas con el movimiento 15M resulta, como mínimo, precipitado
Equiparar los disturbios en ciudades inglesas con el movimiento 15M resulta, como mínimo, precipitado
- Alejandro N. García, sociólogo de la Universidad de Navarra, señala que "la falta de exigencias o motivaciones explícitas ha provocado que la percepción de la opinión pública sea diferente"
"Intentar equiparar los recientes disturbios en diversas ciudades inglesas con el movimiento del 15M español resulta, como mínimo, precipitado". Según Alejandro Néstor García, sociólogo de la Universidad de Navarra, "aunque hay algunas similitudes, como el incumplimiento de la ley en diversos niveles o la movilización a través de las nuevas plataformas de comunicación, hay diferencias importantes".
La primera, en su opinión, tiene que ver con "el vandalismo de las algaradas londinenses". "En España no se ha llegado a esos niveles de violencia. Aunque con algunas de las movilizaciones hubo acciones de violencia callejera, no fueron continuadas ni tuvieron el componente de robo y saqueo que predomina en el Reino Unido".
Por otro lado, señala que también es distinta la razón que estimula las convocatorias. En el caso español, la movilización partió de unas reivindicaciones políticas o ideológicas, mientras que en el inglés, "aparte del posible elemento racista que se toma como desencadenante de los disturbios, las movilizaciones y convocatorias siguientes no se han realizado bajo ninguna reivindicación concreta".
Precisamente, esa falta de exigencias o de motivaciones explícitas, más allá de la violencia, ha hecho también que la percepción de la opinión pública sobre estos fenómenos sea distinta: "En España, al menos durante las primeras movilizaciones del 15M, se vio con cierta simpatía; en el Reino Unido rápidamente ha habido un rechazo contundente".
¿Cómo interpretar estos movimientos?
Según Alejandro Néstor García, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, comprender estas revueltas violentas sólo como consecuencia de condiciones económicas adversas o recortes del Estado de Bienestar tiene un recorrido limitado. "Después de todo, según el último boletín de la Oficina Nacional de Estadística de Gran Bretaña, los salarios se incrementaron en el último año en un 2.3% y la tasa de paro se sitúa en un 7.7% de la población activa. Si las razones económicas y los recortes sociales fueran la explicación básica, revueltas probablemente más violentas deberían estar ocurriendo en otros lugares desde hace tiempo".
Como no es así, "para comprender cabalmente estos fenómenos parece necesario, sin menospreciar cuestiones materiales o económicas y sin olvidar que siempre hay una decisión personal en el ejercicio de la violencia, incorporar a la reflexión sobre las causas de las revueltas londinenses los elementos culturales, sociales y educativos que han incidido en ellas".