La Iglesia tiene un compromiso ineludible con los jóvenes: ni adoctrinar ni imponer, sino satisfacer sus necesidades más hondas
La Iglesia tiene un compromiso ineludible con los jóvenes: ni adoctrinar ni imponer, sino satisfacer sus necesidades más hondas
Teólogos de la Universidad de Navarra destacan el éxito de convocatoria de la JMJ y afirman que "el mayor interés radica en los miles de historias personales de los jóvenes peregrinos"
Más de un millón y medio de personas participarán los próximos días en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Madrid. Según explica el teólogo Enrique Molina, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra, una de las claves del éxito de la convocatoria se debe a que "los jóvenes encuentran en la fe una respuesta a las preguntas fundamentales de su vida. Ése es el compromiso ineludible que la Iglesia siente hacia los jóvenes: ni adoctrinar, ni mucho menos imponer, sino ofrecer lo que puede satisfacer sus necesidades más hondas".
Para el profesor Molina, la "masiva y creciente asistencia de personas de los cinco continentes" a la JMJ es una muestra de "la sintonía que existe entre Benedicto XVI y los jóvenes". Así, indica que durante los actos de la próxima semana "los participantes ‘conectan' con el Santo Padre, y, en él, con la Iglesia, hasta el punto de afrontar los sacrificios que sean necesarios para compartir unos pocos actos durante unos días".
Fortaleza para mejorar el mundo
César Izquierdo. |
Foto: Manuel Castel |
Por su parte, César Izquierdo, vicedecano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, indica que "la JMJ es un periodo breve de experiencias fuertes: experiencia de formar parte de la apasionante tarea confiada por Cristo a su Iglesia. Importa cada uno, e importamos todos para renovar la esperanza y el destino de nuestro mundo. Importa la multitud, pero al mismo tiempo el mayor interés radica en la historia personal, en los miles de historias personales de los jóvenes peregrinos. Es como un entrenamiento, como ejercitarse en la peregrinación que es la vida misma".
Asimismo, resalta que, a cada uno de los asistentes, el encuentro con Benedicto XVI y con otros jóvenes como ellos "le proporciona alegría, renovación del empeño cristiano, seguridad de que es posible hacer mejor nuestro mundo, fortaleza para hacerlo y comprensión más honda de lo que significa la vocación y el compromiso cristianos". En ese sentido, el teólogo de la Universidad de Navarra insiste en que "aunque pueda parecer que la luz de la JMJ es fugaz como la de un relámpago, la energía que muestra es la que puede transformar, en serio, las cosas".