Ana Sánchez Alcázar, natural de Murcia, ha terminado este año el segundo curso del Doble Grado en Biología y Ciencias Ambientales. A sus 20 años compatibiliza sus estudios con actividades de voluntariado.

La joven murciana ha ayudado durante el confinamiento a Mónika, una niña rumana de 10 años –afincada en Asturias– que cursa 5º de primaria, en las tareas del colegio y resolviendo dudas en materias concretas como Matemáticas, Lengua Castellana, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Inglés y Educación Física. “Realizamos las clases de apoyo por videollamada de WhatsApp, que es más sencillo y accesible para ella, normalmente durante dos horas, tres veces por semana, o a veces más según sea necesario”.

Esta ha sido una iniciativa personal de Ana quien ha podido compatibilizar sus estudios de carrera con esta actividad. La futura bióloga destaca que en esta pandemia la solidaridad ha sido clave para que muchas familias hayan podido salir adelante. “Son muchos los niños y niñas llenos de curiosidad y con ganas de aprender, y la falta de recursos o el poco tiempo que sus padres les pueden dedicar no es motivo para que pierdan esta motivación”.

A pesar de que en un primer momento veía con escepticismo la actividad online de voluntariado Ana Sánchez valora positivamente el resultado viendo la evolución de Mónika en sus estudios. “El voluntariado va mucho más allá del refuerzo escolar, pues implica escuchar y comprender lo que más echa de menos Mónika, como ir al cole, sus miedos frente a la crisis sanitaria actual, y motivarla para seguir trabajando”.

El voluntariado es una actividad que acompaña a estudiantes universitarios como Ana, que dedican su tiempo a  ayudar a las personas, a desarrollar proyectos, o a luchar por causas concretas. La estudiante murciana ha estado en los últimos años vinculada a proyectos sociales –ayudando a niños que necesitan refuerzo escolar o en exclusión social, acompañamiento de mayores, así como otros proyectos relacionados con el medioambiente– y destaca que “estar en la universidad implica alcanzar una formación lo más variada y humanista posible y el voluntariado es una de las formas de conseguirlo”.

La actividad de voluntariado durante el confinamiento permitió a más de 240 estudiantes y profesionales dela Universidad de Navarra emprender distintas iniciativas solidarias entre las que destacan, el acompañamiento de personas mayores y enfermos, la producción de material sanitario e higiénico, apoyo en tareas escolares, así como la compra y reparto de alimentos.