Chema Méndez (Biología ´06) define la formación que recibió en la Universidad como “muy completa”. De su paso por el campus de Pamplona se queda, especialmente, con las prácticas de Zoología y Ecología. Quizá porque ya entonces soñaba con nadar entre delfines. Y, al final, ha conseguido hacer de aquel sueño una profesión.

- ¿Cómo has fraguado tu carrera profesional? ¿Has aplicado los conocimientos adquiridos en la Facultad?
Al principio trabajé en la Facultad de mi ciudad, en un proyecto para situar escombreras de minas de carbón. Fue por poco tiempo, y luego me dediqué a la auditoría de calidad para una empresa en la zona de Castilla y León. Pero estos trabajos no me llenaban.

Mi pasión era, y sigue siendo, trabajar con animales. Entonces tuve la suerte de encontrar mi primer empleo en este campo en Madrid, en el pingüinario de Faunia.

De allí me fui moviendo a Fuerteventura, Suiza, Canarias, Italia, República Dominicana y, finalmente, a Tenerife, donde trabajo ahora. En todos estos países siempre me he dedicado a entrenar leones marinos y delfines.

Por supuesto, en el momento en el que empecé a trabajar con animales, no dejé de aplicar todo lo aprendido en la Facultad. Especialmente, para controlar el ambiente en el que viven los animales y saber deducir por qué pueden encontrarse mal, ya que nuestro trabajo persigue, en primer lugar, garantizar el bienestar de los animales. Algo que no se puede lograr si ellos no están cómodos en su entorno, tanto físico como social. Para lograrlo me ha ayudado muchísimo haber estudiado Biología.

- ¿Cómo definirías tu trabajo actual?
Mi profesión es entrenador de leones marinos y delfines en Loro Parque, en Tenerife. Allí me encargo de cuidarlos, de revisarlos diariamente para comprobar que están en perfecto estado de salud. Y también realizo las exhibiciones educativas y entreno con ellos los comportamientos dinámicos y médicos que garanticen su bienestar.

- ¿A medio plazo, qué planes profesionales tienes?
Después de viajar durante tanto tiempo, ahora busco estabilidad, siempre que pueda seguir aprendiendo. La realidad es que en este trabajo no paras de descubrir cosas nuevas.

- Si tuvieras que recomendar a un estudiante de 18 años si cursar o no una carrera como la tuya, ¿qué le dirías?
Le diría que piense muy bien a qué quiere dedicarse (sea esta carrera u otra). Y, si está realmente convencido, que luche por ello sin dudarlo. Que no le importe lo que le digan, ni cuántos problemas pueda encontrar en el camino.

En mi caso, las prácticas en empresa me ayudaron muchísimo para entrar en este ambiente, y por ello siempre estaré agradecido a la Universidad.