Formación con impacto social: catorce alumnas de la Universidad colaboran en la atención a mujeres migrantes

Catorce alumnas de las facultades de Enfermería y de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra han participado en un proyecto de intervención social y profesional en la institución Villa Teresita. Esta iniciativa les permite colaborar directamente con mujeres migrantes en riesgo de exclusión social, combinando la teoría con la práctica en un contexto real.

El proyecto, que comenzó hace tres años, se desarrolla dentro de las asignaturas “Atención de enfermería a la diversidad humana” (Grado en Enfermería) y “Practicum III” (Grado en Pedagogía). Las estudiantes trabajan en la atención preventiva y formación en salud para mujeres en situaciones de vulnerabilidad, un aprendizaje que implica no solo conocimientos técnicos, sino también la gestión de la diversidad cultural y social.

Con un 20% de población migrante en Navarra, Villa Teresita desempeña un papel clave en la atención de mujeres marginadas desde 1952, ofreciendo asistencia social, jurídica y sanitaria, además de programas de alfabetización y promoción cultural. Así, se convierte en un espacio idóneo para el aprendizaje práctico de las estudiantes, quienes se enfrentan a situaciones que les permiten desarrollar un enfoque culturalmente competente.

Mandila Acharya, estudiante de cuarto de Enfermería e inmigrante en Navarra, destaca la importancia de este proyecto: “Como enfermera, desarrollar habilidades para entender a cada paciente, sin importar su origen o cultura, mejorará mi capacidad de cuidar a los demás”. Por su parte, Bianca Rodríguez, alumna de Pedagogía, subraya que enfrentarte a personas con culturas, idiomas y contextos educativos muy distintos enriquece su formación: “Estos proyectos nos llevan de la teoría a la práctica de una forma invaluable”.

El trabajo de las alumnas comienza con un encuentro en el que recogen información sobre las participantes: edad, origen, salud, alimentación, creencias, y otros aspectos que inciden en su bienestar. Con estos datos, analizan en equipo sus necesidades de salud y diseñan intervenciones personalizadas. Este enfoque permite reflexionar sobre prejuicios y diferencias culturales, además de afrontar retos como la desconfianza inicial de algunas pacientes.

Adriana Erice, estudiante de Enfermería, explica: “La desconfianza y la falta de información dificultan a veces un buen diagnóstico, pero el trato personal y una actitud adecuada son claves. Trabajar con compañeras de Pedagogía nos permite adaptar el material a lo que necesitan las pacientes”.Uno de los casos es el de Ikram Beraane, una mujer argelina que vive en España desde hace más de cinco años y enfrenta dificultades como cuidadora principal de su hijo enfermo. A través de la intervención de Mandila Acharya y Bianca Rodríguez, el equipo abordó la importancia del cuidado del cuidador. Ikram expresó: “Han entendido todo lo que me preocupa y lo que necesito. Me he sentido reflejada”.

Este proyecto interdisciplinar, que combina perfiles pedagógicos y sanitarios, trasciende el ámbito académico al proporcionar un cuidado adaptado y centrado en las personas, y refuerza la importancia de formar profesionales culturalmente competentes en la Comunidad de Navarra.