Cuando Javier Treviño comenzó a trabajar en Gamesa en el año 2008, cuando la necesidad de contratación era enorme, tanto que su primera tarea consistió en “llenar 500 vacantes al final del mes”. El director compartió con los alumnos del MDPO el impacto de la crisis económica en el sector de los recursos humanos, un panorama que le llevó a “optimizar la actividad de Gamesa” centrada en “gestionar el ajuste creado por la crisis y asegurar el crecimiento empresarial”.

Como ejemplo de ello, el director expuso la situación de dos fábricas gallegas de la entidad cuya producción cayó al dejarse de vender los productos que realizaban. Ante ello, en lugar de cerrar las fábricas, crearon una nueva unidad de negocio en la que se ofertaron servicios de reparación a otros productos cuyas ventas eran mayores.

Con la llegad de la crisis, la forma de trabajo mantenida hasta entonces “necesitaba unos cambios urgentes”. Por ello, comenzaron a preocuparse por identificar pérdidas y ganancias y comenzaron a trabajar por proyectos donde “cada uno tenía su propia cuenta de resultados para identificar los puntos críticos”.

Treviño destacó la importancia de identificar el foco de los problemas relacionados con la situación financiera de la empresa y la dirección de personas. “Hay que identificar a las personas clave de la empresa haciéndoles trabajar con proyectos que les ilusionen”.