Luis Fernández-Galiano considera que la arquitectura contemporánea está plenamente ligada con el espectáculo y el caos. "Vivimos en un mundo regular y cartesiano y, sin embargo, la arquitectura, imitando al mundo de la moda o el diseño, se deja seducir por el desorden. Hay quien compara el trabajo del arquitecto con el de un sismógrafo, que debe recoger los temblores de la sociedad sin intentar corregirlos, y eso es un error", afirmó el catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de Madrid durante su conferencia en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

Fernández-Galiano quiso destacar la trascendencia que ha tenido también para el mundo de la arquitectura el '11-S'. "Quizá el mundo empezó a cambiar antes, con la caída del muro de Berlín, pero tampoco podemos olvidar que el organizador material de los atentados de Nueva York, Mohamed Atta, era arquitecto. Tenían una gran capacidad organizativa y pocos arquitectos pensaban que un colega, que realizó estudios de urbanismo en Hamburgo y defendió su tesis acerca de la conservación del patrimonio en las ciudades árabes, fuera capaz de llevar a cabo semejante acción destructiva", manifestó Fernández-Galiano.

Consumismo arquitectónico

Por otra parte, el catedrático subrayó la tendencia actual a construir urbanizaciones uniformes: "El mundo contemporáneo iguala las ciudades al máximo. Nos hallamos ante la ciudad global y hoy en día si vemos una foto de una urbanización, no tenemos ni idea de si estamos en Shangai, en California o en Europa. Estamos invadiendo el territorio con nuestros escombros inmobiliarios, pero no sólo con ciudades, sino con centros comerciales, aeropuertos, parques de atracciones,... logrando que la ciudad crezca como un virus" criticó Fernández-Galiano.

En su opinión, los promotores de la nueva arquitectura no son los únicos culpables de este proceso, los arquitectos de ayer se parecen poco a los de hoy. "Antes los profesionales aspiraban a salir en el papel de los billetes, como por ejemplo Le Corbusier en los francos suizos. Sin embargo, ahora la aspiración es salir en el papel couché de las revistas de moda, ya que tiene más repercusión", afirmó.

Terminó su intervención abogando por una arquitectura que rompa con la moda, con el consumismo arquitectónico y se proponga regenerar la sociedad y rechace el papel de simple sismógrafo que algunos le atribuyen.