“Dios me llamó a su Iglesia sirviéndose de mi interés por la historia de la religión”
Masahiro Yuki es japonés y estudia 5º curso del Bachiller en Teología gracias a una beca de la Fundación CARF
25 | 03 | 2021
“A lo largo de la historia de la humanidad, me di cuenta de que la Iglesia era lo único que permanecía”, expresa Masahiro Yuki. Masahiro es japonés, de Oita, una ciudad situada al suroeste de Japón, donde solo el 0,3% de la población son católicos. Proviene de una familia atea que, en ocasiones, practicaba el budismo y el sintoísmo. En el último curso de colegio, a los 17 años, recibía una asignatura de historia. Le gustaba la historia del mundo y de la Iglesia y, por curiosidad, un día entró en una iglesia católica de Oita, su ciudad. Allí conoció al sacerdote que celebraba Misa en ese momento, y el cual había estado 15 años formando a los seminaristas del Seminario Internacional Bidasoa, en Pamplona. “Tras varias conversaciones con él sobre la religión me invitó a participar en una catequesis”, explica Masahiro. Es entonces cuando le comienza a llamar la atención la caridad de los cristianos, el ejemplo de la madre Teresa, y la educación en virtudes que en el budismo no tiene tanta importancia como en el cristianismo. “Me ayudó entender que la Iglesia no es solo humana sino divina: Cristo fundó la Iglesia”, añade.
A los 18 años Masahiro recibió el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. “Y cuatro años más tarde vi mi vocación al sacerdocio durante unos ejercicios espirituales”, expresa. Para su formación le recomendaron formarse en Pamplona, donde lleva ya seis años estudiando filosofía y teología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. “A lo largo de estos años he estudiado mucho con la ilusión de formarme bien para dar vida a mi diócesis y al obispo”, añade Masahiro. En Bidasoa, donde convive con 99 seminaristas más, se forma con la ilusión de “ayudar a salvar a muchas almas japonesas”.
Catolicismo en Japón
En Japón la religión mayoritaria es el budismo, y los cristianos solo suponen el 4% de la población total. Entre ellos, el 0,3% son católicos. Su familia recibió con sorpresa la noticia de su conversión y de su posterior entrada al seminario, pero “poco a poco se van acercando más a la Iglesia”. Los católicos de Japón tienen mucha devoción a San Francisco Javier, misionero que llevó la fe a Japón el 15 de agosto de 1549, y a cuya tierra ha vuelto Masahiro, a Navarra. “Estoy muy agradecido a todos los que, contribuyendo con la Fundación CARF, permiten que seminaristas de todo el mundo nos formemos de la mejor forma posible”, añade.