Ángel Ruiz de Apodaca FOTO: Manuel Castells

"Las centrales nucleares españolas van cumpliendo años y no hay proyectada ninguna nueva. De seguir así, para 2030 no habrá energía nuclear, a la vista de las decisiones actuales -por ejemplo, en el caso de Garoña-, así como de la menor aceptación social que posee este tipo de energía tras los incidentes de Fukushima". Así lo afirmó hoy el profesor de la Universidad de Navarra Ángel Ruiz de Apodaca, organizador del curso "Exportando contaminación: las basuras transnacionales. Problemas y soluciones", que dará comienzo mañana en el centro académico.

La primera jornada de este evento, que finalizará el día 16, estará dedicada a la gestión y problemática de los residuos radiactivos y contará con la presencia, entre otros, de Jorge Lang-Lenton, directivo de Enresa -empresa gestora de los residuos radioactivos de España- y Miren Gutierrez, directora general de Greenpeace España.

Con motivo del accidente nuclear de Marcoule (Francia), Ángel Ruiz de Apodaca, profesor de Derecho Administrativo, aseguró que es difícil que "Francia, primera potencia nuclear, opte por una política energética distinta de la actual, apostando por la nuclear pese al incidente".

También destacó el caso de Alemania, que decidió no volver a poner en funcionamiento ninguna de las ocho centrales que paralizó tras Fukushima y ha fijado 2022 como fecha límite para decir definitivamente adiós a esta forma de generación de energía. "Un vacío que a corto plazo no podrá llenar sólo con renovables siendo necesaria una mayor participación del carbón con las consabidas consecuencias de emisiones contaminantes, lluvia ácida y potenciación del efecto invernadero".
   
El Almacén Temporal Centralizado (ATC)

En este sentido, subrayó la necesidad de configurar un mix energético sostenible y asumible sin riesgos: "Los combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) plantean problemas de dependencia y de emisiones. La apuesta debe ser por las renovables pero entretanto es necesaria la existencia de fuentes energéticas de respaldo, como la nuclear, que aseguren el abastecimiento".

Ángel Ruiz de Apodaca recalcó que la nuclear es una fuente barata y no emite gases de efecto invernadero, pero "para muchos, estas ventajas son incapaces de compensar los riesgos que conlleva para la población, un riesgo que tras Fukushima se vio que lamentablemente se podía materializar".

Entre los inconvenientes, también destacó la gestión de los residuos nucleares, "que permanecen activos durante cientos o miles de años y constituyen un peligroso legado para las generaciones futuras". En España los residuos radiactivos de alta actividad son menores que en otros países. "En concreto, hay 8 reactores en funcionamiento, frente a los 58 de Francia o los 17 de Alemania", cifró el experto.

La única solución a este problema, para este profesor, es la instalación del  Almacén Temporal Centralizado (ATC), cuyo emplazamiento no está decidido debido a "razones políticas". "Las piscinas de combustible gastado de las centrales nucleares tienen una capacidad limitada y si no se opta por un ATC habrá que optar por varios ATIs (Almacenes Temporales Individualizados), lo que multiplicaría el problema. El Almacenamiento temporal es una solución transitoria por 50-60 años hasta que se opte por una solución definitiva que, a día de hoy, sólo parece ser el almacenamiento geológico profundo de estos residuos", explicó.

El curso "Exportando contaminación: las basuras transnacionales. Problemas y soluciones" comenzará mañana miércoles, a las 16.15 h. Tras la jornada dedicada a los residuos radiactivos, el jueves las sesiones se centrarán en la problemática de la exportación de residuos electrónicos y los vertidos marinos y el viernes 16 el programa se centrará en la gestión de residuos en Navarra y su reciente Plan de Gestión. El programa se enmarca en los cursos de verano de las universidades navarras y forma parte de un proyecto de investigación del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.