Educating on Global Health: el proyecto solidario en Tánger de 8 estudiantes de Bioquímica y Farmacia
Los alumnos de la Universidad de Navarra, coordinados por el Instituto de Salud Tropical, han elaborado una guía sobre hábitos de higiene y salud
Un grupo de ocho estudiantes de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Navarra ha dedicado parte de su verano a un proyecto de cooperación llamado Educating on Global Health, orientado a mejorar la educación en salud e higiene para niños en países en vías de desarrollo.
El proyecto surgió a comienzos del pasado curso, cuando parte de los estudiantes involucrados cursaban la asignatura de 2º de Farmacia “Retos y Progresos en Salud Internacional”. En la clase el Dr. Paul Nguewa, director del Instituto de Salud Tropical del centro académico, les planteó la posibilidad de desarrollar un proyecto mediante el cual colaboraran con el Instituto pero no como científicos, sino de forma práctica, sobre el terreno.
Finalmente ocho alumnos -Javier Melchor, María Fernández, Manuel Rouco, María González, Ainhoa Garayo y las navarras Paula Martínez de Aguirre, Patricia Oficialdegui y Arantxa Huarriz- se involucraron con el proyecto y comenzaron a buscar fondos para editar una guía de hábitos de higiene dirigida a niños.
Tal y como recuerda una de las estudiantes, Paula Martínez de Aguirre, “las facultades de Ciencias y Farmacia nos ayudaron a recaudar fondos en las Jornadas de Puertas Abiertas y en los previos. También hicimos promoción en Instagram con la cuenta @educatingongh y con lo recaudado pudimos imprimir el cuadernillo, comprar cepillos y pasta de dientes, así como las pinturas que acompañaban a los cuadernillos”, detalla la estudiante de 4º de Farmacia.
Los investigadores del ISTUN, por su parte, les dieron soporte en la elaboración de los contenidos del pequeño manual: “Nos ayudaron a elegir las ilustraciones más efectivas y a editarlas para personas de otras culturas, y también financiaron parte del cuadernillo, que imprimimos con New Ink, ya que ellos nos hicieron un presupuesto más asequible”, añade la estudiante.
Los niños de EffetahEste proyecto -que sus primeros integrantes esperan que continúe con nuevos alumnos el próximo curso-, se desarrolló finalmente en distintas instituciones de ayuda y cooperación en Tánger (Marruecos). “Viajamos en dos tandas. Ya en la ciudad, durante una semana nuestra misión consistió en trabajar con esta guía con los niños de las Misioneras de la Caridad los Hermanos de la Cruz Blanca o las Franciscanas Misioneras, así como con cualquier otra actividad en la que fuéramos útiles”, añade Paula.
“Por ejemplo, a las hermanas de la Caridad les ayudábamos en la guardería y en la cocina, o con las labores de la casa. Y a los hermanos de la Cruz Blanca les echamos una mano en el cuidado de las personas con discapacidad que tienen a su cargo. En Effetah, un colegio de niños sordomudos, nos centramos en explicarles los cuadernillos para que pudieran asimilar las medidas de salud e higiene personal que planteábamos”, explica Javier Melchor, estudiante de 4º de Bioquímica. “El objetivo principal”, culmina Arantxa Huarriz, alumna también de 4º de Bioquímica, “era que los niños aprendieran, de forma divertida, la importancia de la higiene en la salud, de lavarse los dientes, de limpiar la fruta antes de comerla, etc. Todo ello a través del juego, de la pintura, y con mensajes de salud que puedan aplicarse cada uno a sí mismos, ya que son medidas de higiene personal muy sencillas y efectivas”.
Sukram: graciasPara María González (2º de Farmacia + IPC) este proyecto puede resumirse en una sola palabra: sukram, que significa gracias en árabe. “Además de ser una de las primeras palabras que aprendimos, creo que recoge el espíritu de este proyecto y de lo agradecido que se mostraba todo el mundo en Tánger, aunque solo les ayudáramos a mover unas cajas… Ese agradecimiento nos hizo sentir una gran gratitud a este viaje y a este proyecto, que me encantaría repetir”, subraya la estudiante.
Ainhoa Garayo (2º Farmacia + IPC) explica que tras la preparación del proyecto, que les llevó varios meses, el viaje a Tánger fue el broche de oro: “Me quedé impactada con las diferentes culturas marroquíes, cuyos problemas pudimos conocer desde dentro a través de la labor de distintas organizaciones, como las Misioneras de la Caridad. Acercarnos así a los más desfavorecidos no solo les ayudaba a ellos, sino que nos enriquecía enormemente a nosotros. Nos acercó a nuestro ser interior y nos hizo crecer”, subraya.
La misma idea comparte Patricia Oficialdegui (2º Farmacia + IPC), quien a todo ello añade “el trabajo en equipo, donde aprendes a aceptar distintas formas de realizar las tareas, y todo el cariño que nos dieron en la ciudad, los propios niños o sus madres. Y aprender a agradecer todo lo que tenemos…”.