"Los profesionales de la nutrición deben promover dietas saludables que reduzcan el impacto en el planeta"
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, la Facultad de Farmacia y Nutrición organizó una mesa redonda sobre dietas saludables y sostenibles en colaboración con el proyecto "Por una comida sana"
“Tradicionalmente, los profesionales de la nutrición han puesto mucho énfasis en la necesidad de seguir patrones dietéticos saludables, es decir, consumir alimentos que reportan beneficios para la salud y evitar aquellos que resultan perjudiciales. Y es que una buena dieta, junto con otros estilos de vida saludables es clave para gozar de una vida larga y de calidad. Sin embargo, estimar la calidad de una dieta solo basándose en los beneficios para la salud humana que conlleva el consumo de determinados alimentos ya no es suficiente”, sentenció Ujué Fresán, investigadora del Instituto de Salud Pública de Navarra y miembro del CIBER de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, durante la mesa redonda organizada por la Facultad de Farmacia y Nutrición con motivo del Día Mundial de la Alimentación.
Fresán comentó que las actividades del ser humano están llevando a la Tierra a una situación límite: “El sistema alimentario es uno de los principales sectores responsables de la degradación del medio ambiente así como del uso de recursos, por no hablar de la pérdida de biodiversidad. De igual manera que los distintos alimentos repercuten de manera diferente en nuestra salud, también lo hacen en la salud del planeta”.
Por eso, la investigadora apuntó que los patrones de consumo actual están lejos de ser saludables y sostenibles, medioambientalmente hablando. Por ello, destacó la necesidad de adoptar dietas saludables al tiempo que de mínimo impacto en el planeta, y promovidas por los profesionales de la nutrición, “sin olvidar que tienen que ser culturalmente aceptables y económicas para que la población las acepte”.
Así, Ujué Fresán puso el ejemplo del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad, que ha comenzado una nueva línea de investigación centrada en dietas sostenibles “en el sentido más amplio de la palabra”.
Hacia una alimentación sostenible que reduzca el hambre en el mundoEn la misma línea, Pablo Esquíroz, graduado en Farmacia y alumno de Nutrición, presentó su trabajo de fin de grado titulado “Hambre cero, desperdicios alimentarios y sindemia global”. Expuso los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), creados en el año 2015 para abordar los principales problemas mundiales y, en concreto, el ODS-2, que trata de poner fin al hambre en el mundo: “En los últimos informes publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se ha observado un aumento tanto de la inseguridad alimentaria moderada y grave, como de la desnutrición, alejándose, por tanto, de la consecución del ODS-2, lo que guarda estrecha relación con el desperdicio alimentario y con la sindemia (suma de dos o más epidemias) global.
“Este último término trata de abordar el problema de la obesidad, el cambio climático y la desnutrición desde una visión integral, sistémica. La sindemia global ha demostrado la relación entre estos tres conceptos, evidenciando la necesidad de la toma de medidas conjuntas para resolver el problema”, explicó. “Por ejemplo, en el año 2011 la FAO estimó que 1.300 millones de toneladas de alimentos, es decir, un tercio de la producción, se desperdician al cabo del año. En cambio, solo con un cuarto de esas pérdidas se podría mitigar el hambre en el mundo”.
Esquiroz concluyó que para reducir el hambre mundial, abordar la sindemia global y disminuir los desperdicios alimentarios “hacen faltan medidas sistemáticas, que aborden la problemática en su conjunto. Se requieren propuestas y políticas internacionales serias, con la capacidad de afrontar y revertir esta situación”.