''Haití es un destino muy interesante para poner en marcha proyectos de reconstrucción''
Nerea Pérez-Arróspide (Getxo, 1986) dio sus primeros pasos profesionales en el país antillano y, tras pasar por Londres, se dirigirá a su siguiente destino: Senegal
Tras graduarse en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, Nerea Pérez-Arróspide (Getxo, 1986) dio sus primeros pasos profesionales en Haití, gracias a una beca del Gobierno Vasco.
Allí participó en un proyecto de cooperación que desarrolla la ONG Serso San Viator del País Vasco en centros educativos repartidos por el país y colaboró con uno de los arquitectos locales que se encargaba de la construcción del nuevo colegio y biblioteca.
A su vuelta, consiguió una Beca Leonardo para realizar prácticas en Londres. Su siguiente destino: Senegal. Una empresa española la ha contratado para dirigir las obras de un proyecto de desarrollo agroalimentario para el país africano.
¿En qué consistió tu estancia en Haití?
Colaboré en un proyecto de cooperación que desarrolla la ONG Serso San Viator del País Vasco en centros educativos repartidos por el país, que trata de reforzar la educación y desarrollar nuevas actividades formativas con la gente de allí. Mi estancia en Haití duré tres meses, desde julio a octubre. Estuve ubicada al norte del país en la ciudad de Gonaïves, la tercera más grande de Haití, que aunque no fue muy afectada por el terremoto sí ha sufrido muy graves inundaciones a los largo de los últimos años que han destrozado las infraestructuras y las viviendas.
¿Cómo fue tu experiencia?
Muy enriquecedora. Me permitió entrar en contacto con otra realidad totalmente opuesta a la nuestra y darme cuenta de muchas cosas a las que antes no prestaba atención. También fue muy educativa: aprendes a vivir con lo necesario en contraposición al despilfarro de nuestra sociedad. Otro aspecto que me encantó fue la alegría de vivir que tienen los haitianos y la solidaridad entre ellos, se apoyan sin recibir nada a cambio para luchar contra las dificultades de cada día.
¿Qué proyectos has desarrollado?
Además de participar en las actividades educativas del centro, apoyando a los alumnos con clases de inglés, francés, español y dibujo técnico, tuve la oportunidad de colaborar con uno de los arquitectos locales que se encargaba de la construcción del nuevo colegio y biblioteca, lo que me permitió ver el proceso constructivo adaptado a las circunstancias locales, con un ajustado presupuesto y especial cuidado a los desastres naturales que asolan el país. Como no cuentan con herramientas, todo se realiza a mano y cuentan con gran ingenio a la hora de hacer las cosas, algo que nos sorprende mucho viniendo de un mundo en que todo está muy automatizado y con un gran desarrollo tecnológico.
¿Cómo obtuviste la beca del Gobierno Vasco?
Me enteré del programa de cooperación "Juventud Vasca Cooperante" a través de las webs del País Vasco, y presenté mi candidatura. Al final tras varios procesos de selección y unas jornadas presenciales de todos los demandantes resulté una de las elegidas. Ellos mismos evalúan tu perfil para ver en qué destino encajas mejor. Por mi perfil de arquitecta y sabiendo francés, me destinaron a Haití. Al final se trata de ser, por un lado embajadores de nuestro país y por otro se pretende conocer su realidad para poder transmitirla aquí, que nos concienciemos de lo que pasa en el mundo.
¿Por qué te decantaste por ese país?
Desde el punto de vista de la arquitectura, Haití es un destino muy interesante para poner en marcha proyectos de reconstrucción, desde luego muy necesaria y urgente tras los sucesivos desastres naturales que han asolado el país durante varios años. También dominar el idioma oficial que es el francés fue un punto a favor, aunque la mayor parte de la población no tiene acceso a la educación y solo hablan el idioma local que es el criollo, parecido al francés pero más simple.
¿Qué es lo que más te atrajo?
Me atrajo porque se trata de un país muy desconocido, que solo ha estado en el punto de mira mundial debido al terremoto de 2010, y me pareció muy interesante poder visitar in situ los proyectos que se están desarrollando para mejorar la mala situación actual del país. También me interesó mucho su cultura, su música, su arte y ese espíritu alegre de su gente a pesar de las penurias que tienen que pasar. Son muy amables y hospitalarios con los extranjeros y en todo momento nos sentimos muy integradas y respetadas.
¿Se han cumplido tus expectativas?
Mis expectativas fueron totalmente superadas. En cuanto a la experiencia, inigualable, todavía mantengo el contacto con mucha de la gente que está allí, con ganas de poder volver allí en algún momento. He aprendido más que nunca. En cuanto al país, se encuentra en una situación peor de la que podría haberme imaginado y eso fue bastante impacto, sobre todo si visitas la capital Puerto Príncipe, que está muy desolada y derruida. Hace falta muchísimo trabajo y ayuda que parece que nunca llega.
¿Qué supone para ti compaginar tu faceta profesional con la solidaridad?
Para mí es una forma de intentar devolver una parte de los privilegios con que vivimos, como poder tener una educación, vivienda, necesidades básicas…que allí en muchos casos no se ven cubiertas. Uno se siente obligado a estar agradecido y echar una mano a los demás. Para mí supone una verdadera satisfacción poder dedicar parte de mi tiempo a ello, y siempre acabas recibiendo más de lo que das.
¿Qué te ha aportado la experiencia en el plano profesional?
En el plano profesional, me ha enseñado como se puede construir con poco y sobre todo a tener en cuenta aspectos como la funcionalidad y las necesidades básicas que hay que tener en cuenta, por encima de diseños pretenciosos y materiales caros. También he podido experimentar la actividad docente y como adaptar mis conocimientos para transmitirlos a una cultura muy diferente que no cuenta con las mismas herramientas que nosotros.
¿Y en lo personal?
Este tipo de experiencias te hacen plantearte qué cosas son las verdaderamente importante, como la familia, la comunidad, valores que hemos perdida en la sociedad actual y que hemos cambiado por el tener más y llegar a más incluso pasando por encima de los demás. He aprendido a tomarme las cosas con más calma e intentar buscar soluciones adecuadas, incluso conocer mejor ciertos aspectos de mi misma. También ha supuesto una introducción a este mundo de la solidaridad, en el cual espero poder seguir colaborando a lo lago de mi carrera.
Tu siguiente destino ha sido Londres. ¿Cómo conseguiste la Beca Leonardo?
A través de la Fundación Empresa de la Universidad de Navarra, a la cual incorporé mi curriculum al terminar la carrera, fui seleccionada por un estudio en Londres para realizar prácticas allí a mi vuelta de Haití.
¿Qué vas a hacer en Senegal?
A finales de enero me dispongo a ir a Senegal contratada por una empresa de aquí para dirigir las obras de un proyecto de desarrollo agroalimentario para el país. Se trata de construir las infraestructuras necesarias y formar a la población para que una vez terminadas las obras puedan ocuparse ellos mismos de mantener el proyecto. Estaré allí por lo menos un año, prorrogable a dos.
¿Por qué has elegido este destino?
Me pareció muy interesante el propio proyecto y la política de la empresa, en la que prestan mucha atención al medio ambiente y a la sostenibilidad, valores que me parecen clave e imprescindibles en la sociedad actual. Tendré la oportunidad de seguir y organizar las obras "in situ" lo que supondrá un enorme aprendizaje, así como gestionar pedidos y organizar presupuestos, aunque también será un gran reto. Siempre he sentido una atracción especial por África y cuando surgió la oportunidad no lo dudé.
¿Qué otras experiencias profesionales has tenido antes de Haití y Senegal?
La verdad que todas estas experiencias llegaron al poco tiempo de acabar la carrera por tanto no me ha dado tiempo a mucho más, por suerte se han ido encadenando una con otra, fruto de haber ido buscando oportunidades e intentar moverme bastante para encontrar lo que más me interesa y poder aprender de ello. Durante la carrera trabajé como arquitecto ayudante en un pequeño estudio en Bilbao, que me sirvió de introducción al mundo laboral y para poder aplicar en el mundo real lo que estaba aprendiendo en la universidad.
¿Qué resaltas de la formación que has recibido en la Escuela?
De todo lo aprendido, destacaría el compromiso con el deber de cada uno y de la profesión con la sociedad, la necesidad de cubrir necesidades y preocuparse por la función y no tanto por la forma. También el trabajo en grupo, es importante aprender a convivir y compartir ideas con el resto, siempre resulta enriquecedor y se aprende más desde mi punto de vista. Por otro lado en la especialidad de Paisaje y Medio Ambiente también aprendimos a respetar al entorno e intentar reducir residuos y fomentar una construcción sostenible.
¿Qué recuerdas especialmente de tus años en el campus?
La experiencia de salir de casa para ir a estudiar fuera, y juntarme con muchos compañeros en mi misma situación, algunos de los cuales aún son muy buenos amigos. La entrada en la universidad conlleva experiencias nuevas que ayudan a formarnos tanto profesional como personalmente.
También tengo un muy buen recuerdo de mis años en el Comité Internacional de la Universidad, que me permitió practicar idiomas con los alumnos internacionales sin ni siquiera salir de Pamplona y conocer muchas otras culturas, al igual que enseñarles la nuestra.