Un doctorado con mucha química
María Dulce Pérez Mezcua, último premio extraordinario del Programa de Doctorado de Química, trabaja en la actualidad en das-Nano
FOTO: Cedida
María Dulce Pérez Mezcua (Qui 10 y PhD 16) siempre supo que el mundo de la ciencia y la carrera investigadora tenían una cara dura -de intenso trabajo-. Con el tiempo, tras el grado y el doctorado, ha descubierto un reverso lleno de gratificación por los resultados en el laboratorio y por el reto que supone contribuir al avance de la ciencia de los materiales.
- ¿Cómo has recibido el reconocimiento del premio extraordinario de doctorado en Química?
Ha sido una gran alegría. El colofón perfecto a un año de mucho trabajo, ya que estuve trabajando a jornada completa en das-Nano al mismo tiempo que escribía la tesis. De hecho, el mayor premio fue conseguir acabarla, y hacerlo además con un reconocimiento como este premio.
- ¿Cuál fue la temática de tu investigación en el doctorado?
En mi tesis doctoral hemos estudiados materiales ferro-piezoeléctricos. La ferro‐piezoelectricidad está muy presente en muchos de los dispositivos tecnológicos utilizados hoy en día: desde los sensores de aproximación de un vehículo, a la formación de imágenes en una ecografía, o al almacenamiento de información en una memoria. Particularmente, el trabajo se centró en el sistema (Bi0.5Na0.5)TiO3-BaTiO3, que son composiciones libres de plomo y, en principio, biocompatibles.
- ¿Cómo valoras la formación recibida en la Facultad de Ciencias a la hora de orientar tu futuro profesional?
He recibido una muy buena formación. La tesis está desarrollada en la Universidad de Navarra y en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ICMM-CSIC). Toda la formación recibida durante esta etapa ha sido muy importante para darme las herramientas que necesitaba y ayudarme a focalizar mis conocimientos en el campo de la ciencia de los Materiales. En concreto, de los nanomateriales, donde trabajo en la actualidad en das-Nano, como doctora en Química en el departamento de i+D.
- En la carrera investigadora, ¿cuál dirías que es la cara más amable? ¿Y la más dura?
Empecemos por lo más duro. La ciencia en sí misma es dura, en el sentido de que hay muchos días de trabajo arduo en los que parece no sale nada. Y, a pesar de todo, hay que seguir delante.
Cuando hablaba con un nuevo doctorando que comenzaba entonces la tesis siempre le decía que el peor año es el segundo, cuando no ves ni el principio ni el final. Pero luego llega lo bueno, cuando recoges los frutos del trabajo diario, de la constancia y, con la ayuda de los directores de tesis, aparecen resultados en el laboratorio que te permiten publicar, ir a congresos y compartir vivencias apasionantes con personas que trabajan en tu mismo campo. Estos momentos resultan muy motivadores y hacen que la carrera científica sea tan gratificante.
- ¿Qué planes tienes a corto plazo?
Por ahora voy a continuar con mi trabajo en das-Nano, empresa dedicada a la síntesis de nanopartículas magnéticas. Hacerlo me permite seguir dentro del campo de mi tesis doctoral -la ciencia de materiales-, a caballo entre la física y la química. En este sentido, la formación que he recibido durante la tesis -tanto en la Universidad de Navarra como en el ICMM- ha sido crucial para poder desempeñar los retos a los que nos enfrentamos desde el departamento de i+D de das-Nano.